El coordinador de Movimiento Ciudadano en el Senado, Clemente Castañeda, calificó como una “farsa” la elección judicial promovida por el gobierno federal y advirtió que esta iniciativa ha generado alarma en la Unión Europea, al poner en duda la estabilidad democrática del país.
Tras una visita a Bruselas como parte de la Comisión Interparlamentaria Mixta, Castañeda expresó que la cláusula democrática del acuerdo modernizado entre México y la UE obliga a ambos a respetarse mutuamente. Además, precisó que representantes europeos manifestaron preocupación por el proceso de selección de jueces y ministros en México.
“No podemos hablar de Estado de Derecho si no denunciamos con claridad esta aparente captura política del Poder Judicial. Intentan hacer creer al mundo que los votos decidirán la integración de la Corte, cuando en realidad es un montaje. Esto no es más que una farsa”, aseguró.
El senador afirmó que Movimiento Ciudadano no llamará a votar en la elección judicial del 1 de junio y anunció que él no participará en los comicios. “Ni invito ni desincentivo. Confío en la inteligencia del pueblo, pero no voy a validar esta simulación”, declaró. Además, rechazó las acusaciones de Morena, que tildó de irresponsable su abstención, y defendió el derecho de los ciudadanos a decidir si participan o no.
Sobre el bloqueo de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) en Palacio Nacional, que impidió el ingreso a la prensa a la conferencia presidencial, Castañeda lamentó los actos de violencia y expresó su solidaridad con los periodistas agredidos. “La violencia descalifica cualquier causa. El gobierno debe responder con diálogo, no con cerrazón”, afirmó.
También condenó el asesinato de dos colaboradores de la jefa de Gobierno de la Ciudad de México y consideró que podría tratarse de un atentado contra el Estado. Llamó a evitar especulaciones y solicitó una investigación rápida y transparente.
Finalmente, reprobó la situación en la que un ciudadano ofreció una disculpa pública de rodillas al presidente del Senado, Gerardo Fernández Noroña, calificándola como un “bochornoso acto de humillación” y señalando que refleja un uso autoritario del poder legislativo.
El senador concluyó diciendo: “El Senado no puede prestarse a estos abusos. No es un templo de la sumisión. Lo que vimos fue una vergüenza que desprestigia la vida pública”.