En Toluca, el Mercado de la Tierra ofrece verduras, hortalizas, frutas, botanas, guisados y productos de limpieza elaborados mediante prácticas agroecológicas, promoviendo una opción saludable para las personas y respetuosa con el entorno.
Todos los productos disponibles en este mercado son cultivados o elaborados sin uso de químicos, priorizando el manejo responsable de los recursos naturales para preservar el suelo y el agua. El proyecto busca también impulsar un sistema alimentario de responsabilidad compartida, donde los comercios ofrecen productos libres de sustancias nocivas y los consumidores los adquieren con conciencia.
La ambientalista Ireri Rodríguez destacó que ‘este sistema debe ser más ético, dignamente local y justo’. Además, uno de los objetivos es sensibilizar a la comunidad sobre el origen de los alimentos y la importancia del cuidado de la tierra donde se cultivan.
‘Queremos que los vendedores se involucren más en los procesos de consumo y sean conscientes’, añadió Rodríguez. Los campesinos que participan plantan y cuidan sus productos respetando su temporada, aprovechando el clima y nutrientes propios de cada cultivo.
Los productos ofertados corresponden a la temporalidad agrícola, por lo que los consumidores deben adaptarse a la disponibilidad según la época, como naranjas o limones en su temporada.
El mercado pone énfasis en que los vendedores sean de regiones cercanas, como Lerma, Ocoyoacac, Temoaya, Toluca, Metepec, Amanalco y Sultepec, promoviendo así la compra local y directa, garantizando precios justos y la autenticidad de los productos agroecológicos.
Aunque la llegada de los campesinos a la ciudad ocurrió hace más de una década, enfrentan retos para competir con los supermercados y cambiar los hábitos de consumo, pues estos establecimientos operan todos los días y muchas personas encuentran difícil ajustar sus rutinas.
Ireri Rodríguez señaló que, aunque solo funciona los martes y algunos sábados, la comunidad ha ido tomando mayor interés en apoyar la iniciativa y ofrecer una oportunidad a estos productos. A mayor demanda, los productores pueden mejorar sus prácticas agrícolas y potenciar su impacto positivo sobre el medio ambiente.
Finalmente, el mercado también se presenta como un espacio de educación alimentaria con miras a crecer y llegar a más familias, fomentando una alimentación más saludable y responsable con el entorno.