Aunque el cambio climático intensifica e impone mayor imprevisibilidad en fenómenos meteorológicos como huracanes, sequías y olas de calor, la verdadera amenaza para los países radica en su vulnerabilidad climática, que determina qué tan susceptibles son los territorios a los efectos de la naturaleza.
La vulnerabilidad climática se define como el grado en que un sistema es susceptible e incapaz de hacer frente a los impactos adversos del cambio climático, incluyendo variaciones y eventos extremos, según el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre Cambio Climático.
Expertos señalan que México es uno de los países con mayor vulnerabilidad climática, lo que indica que tiene menor capacidad para anticipar, resistir o recuperarse de fenómenos climáticos extremos.
La vulnerabilidad del país se debe a su exposición a múltiples amenazas naturales, sumada a brechas sociales y una combinación de factores físicos, sociales y ambientales, explica la meteoróloga Liset Vázquez Proveyer.
Gracias a su ubicación geográfica, México enfrenta riesgos como ciclones tropicales, sequías, olas de calor, incendios e inundaciones.
Además, las brechas sociales agravan esta vulnerabilidad: más del 40 por ciento de la población mexicana vive en situación de pobreza y habita en zonas de alto riesgo con infraestructura precaria o inexistente, agrega Vázquez.
La meteoróloga resalta que no basta con saber cuánto lloverá, cuánto aumentará la temperatura o si se formará un ciclón, sino que es fundamental preguntar dónde impactarán estos fenómenos y si las comunidades podrán enfrentarlos.
Para mitigar la vulnerabilidad climática en México, Vázquez propone invertir en políticas públicas locales e inclusivas, fortalecer las comunidades más vulnerables, mejorar la infraestructura adaptativa, implementar estrategias de gestión de riesgo y promover la educación climática.
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