La finca ubicada en la comunidad La Calera, en Irapuato, donde se descubrió una fosa clandestina, podría ser de mayor tamaño de lo que se pensaba inicialmente. Este viernes, personal de la Fiscalía General del Estado (FGE) ingresó con maquinaria, incluyendo retroexcavadoras, para explorar en mayor profundidad bajo el inmueble.
Situada entre las calles Galeana y Felipe Ángeles, en una zona que por años albergó negocios como una forrajera, la comunidad creía que en ese lugar se realizaban actividades legítimas. Sin embargo, las autoridades lograron identificar que en realidad ahí se llevaban a cabo procesos macabros: cuerpos desmembrados y enterrados.
Aunque la FGE no ha proporcionado cifras oficiales, vecinos reportaron la extracción de al menos 22 bolsas con restos humanos, halladas en agujeros y trasladadas a los depósitos de indicios de la fiscalía. Se estima que al menos 20 víctimas podrían estar implicadas, aunque este dato será confirmado tras los análisis forenses.
Desde el 30 de julio, las labores de excavación se han llevado a cabo, y este viernes, nuevamente, las unidades ingresaron al sitio con maquinaria pesada, señalando que podrían existir más restos a profundidades mayores.
Los habitantes de La Calera relataron que la propiedad, de aproximadamente 15 por 20 metros, no siempre estuvo abandonada. Hace cerca de un año, se colocó un letrero que indicaba que funcionaba como una forrajera, pero con el tiempo, la presencia de desconocidos entrando y saliendo aumentó, generando sospechas.
El terreno tuvo diversas usos en los últimos 12 años: fue una forrajera, una posible bodega de camiones y, en tiempos recientes, parecía haber sido un lugar donde se almacenaban materiales reciclados. Sin embargo, la investigación apunta a que en ese sitio se cometieron crímenes graves, y que las fosas contienen restos de varias personas cuya identidad deber ser determinada mediante análisis forenses.
El hallazgo ha despertado miedo y desconfianza en la comunidad, que ahora se pregunta qué tan segura es su entorno. Algunos vecinos expresaron su inquietud, señalando que la tranquilidad en la zona se ha visto afectada y que la presencia de las autoridades y las escenas de excavación alteraron la percepción de convivencia.
Mientras se continúa con las diligencias, la comunidad busca entender qué ocurrió en ese inmueble y quiénes estuvieron involucrados, en medio de un clima de incertidumbre y temor por los actos atroces que allí ocurrieron.