La industria de semiconductores en Estados Unidos da un paso decisivo con la producción de la primera oblea del chip Blackwell, diseñado por Nvidia y fabricado localmente en colaboración con TSMC. Este logro fortalece las metas estadounidenses de reducir la dependencia de componentes asiáticos y consolidar la producción tecnológica avanzada en el país.
El anuncio de la creación del chip Blackwell ‘Made in USA’ marca un cambio clave en la estrategia tecnológica de Estados Unidos. Nvidia informó que, gracias a su asociación con TSMC, han creado la infraestructura necesaria para impulsar las fábricas de inteligencia artificial en el territorio nacional. Además, resaltaron que esta iniciativa genera empleos especializados en el sector de alta tecnología.
La planta de TSMC en Arizona, situada en un entorno de tecnología punta, es el epicentro de este avance. En estas instalaciones, que solo en Estados Unidos están entre las más avanzadas del mundo, no solo se produce el chip Blackwell, sino que también se prevé la fabricación de otros procesadores de alto rendimiento, como los Ryzen 9000 de AMD.
Según Nvidia y TSMC, el proceso de adaptación para fabricar las obleas de Blackwell en Arizona fue rápido, logrando este hito en apenas seis meses. La planta se destaca como la más avanzada en tecnología de semiconductores en Estados Unidos.
Por su parte, TSMC, líder global con sede en Taiwán, firmó un acuerdo con la administración estadounidense. En 2025, la compañía invertirá 165 mil millones de dólares en el país, reafirmando su compromiso con la política de fortalecer la manufactura interna impulsada por el gobierno de Donald Trump.
La presencia de TSMC en suelo estadounidense no solo amplía su cartera de clientes y mercados, sino que también ayuda a redistribuir la cadena de suministros de semiconductores a nivel mundial. Intel, por su parte, también se mantiene a la vanguardia, siendo la primera en fabricar procesadores enteramente en Estados Unidos mediante sus propias plantas en Arizona.
Hace semanas, Intel presentó procesadores de última generación diseñados y fabricados en Estados Unidos, incorporando innovaciones como RibbonFET y PowerVia para captar clientes globales y mantener su liderazgo.
La rápida implementación de los procesos de producción en Arizona permite a Nvidia y TSMC obtener resultados en tiempos récord y facilita la adopción de tecnologías más sofisticadas en el corto plazo, con TSMC anunciando futuras tecnologías de fabricación en nodos de 4 nm, 3 nm, 2 nm y hasta 1,6 nm.
Este impulso a la fabricación de chips en EE. UU. responde no solo a intereses tecnológicos, sino también a la estrategia arancelaria del gobierno, que desde la administración de Donald Trump busca reducir la dependencia de China y evitar aranceles en las exportaciones asiáticas.
El caso de Apple ejemplifica esta tendencia, pues la compañía también está reorganizando su producción, priorizando países como India y Brasil para reducir su exposición a China.
Los avances de TSMC e Intel consolidan a Estados Unidos como referente en fabricación de chips estratégicos. Jensen Huang, CEO de Nvidia, afirmó que estos desarrollos ayudan a que Estados Unidos recupere su liderazgo en el sector tecnológico más relevante del siglo XXI.
El desarrollo de la primera oblea del chip Blackwell ‘Made in USA’ tiene un impacto que trasciende la innovación: impulsa la economía nacional y la creación de empleos especializados. Nvidia destacó que se espera que esta iniciativa estimule el empleo en áreas relacionadas con la inteligencia artificial y la ingeniería avanzada.
Así, la construcción de nuevas plantas y la adopción de procesos tecnológicos más complejos dinamizan el ecosistema laboral estadounidense y fortalecen la cadena de valor local, señalando un paso decisivo hacia la autosuficiencia tecnológica del país.