La Organización Mundial de la Salud (OMS) negó categóricamente este martes que exista una relación comprobada entre el uso de paracetamol y las vacunas con el autismo, después de que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, sugiriera lo contrario. Trump recomendó el lunes a las mujeres embarazadas no tomar paracetamol, vinculándolo con un mayor riesgo de autismo en los niños, y también cuestionó la seguridad de las vacunas, sin respaldo científico. En respuesta, el portavoz de la OMS, Tarik Jasarevic, puntualizó que «aunque algunos estudios observacionales han sugerido una posible asociación entre la exposición prenatal al paracetamol y el autismo, las evidencias permanecen inconsistentes». Añadió que varios estudios no han establecido ninguna relación causal, y pidió cautela antes de sacar conclusiones definitivas. El paracetamol, también conocido como acetaminofén, es recomendado durante el embarazo para aliviar dolores y fiebre, mientras que otros medicamentos como la aspirina o el ibuprofeno están contraindicados, especialmente al final del embarazo. Por otro lado, Trump hizo extensas declaraciones sobre las vacunas, sugiriendo modificar el calendario de inmunizaciones y afirmando que algunas personas no vacunadas ni medicadas no presentan autismo, declaraciones que la OMS clasificó como infundadas. El portavoz resaltó la importancia de mantener los calendarios vacunales sin alteraciones arbitrarias, ya que retrasos o cambios sin bases científicas incrementan el riesgo de infecciones. Aunque el autismo, un trastorno complejo y del espectro amplio, ha sido objeto de estudio durante décadas, el gobierno estadounidense prometió en 2023 revelar en tiempo récord posibles causas del «añoso las autodemia de autismo». A pesar del aumento en los diagnósticos en las últimas décadas, muchos científicos consideran que no hay una epidemia, sino que las mejoras en la detección han incrementado los registros. La genética ha sido identificada como un factor clave en su origen, junto con algunos elementos ambientales como neuroinflamaciones o el uso de ciertos medicamentos durante el embarazo, como el antiepiléptico Depakine. La OMS recordó que aproximadamente 62 millones de personas en el mundo viven con trastorno del espectro autista y resaltó la necesidad de seguir investigando para entender sus causas.