Miles de fieles celebraron y recibieron el saludo especial del papa León XIV durante la ceremonia de canonización en la Plaza de San Pedro, donde la Hermandad del Señor de Los Milagros vivió uno de los momentos más significativos de la Jornada Mundial de las Misiones. El Vaticano fue escenario de una emotiva celebración que reunió delegaciones de diversos países y comunidades religiosas. El papa León XIV dirigió un mensaje de aliento a los presentes, con especial énfasis en la Hermandad del Señor de Los Milagros, cuyos integrantes participaron en una procesión en honor a la tradición peruana. El pontífice expresó: “Saludo a los demás peregrinos presentes, especialmente a la Hermandad del Señor de Los Milagros, que celebró la tradicional procesión”. Al concluir la misa, León XIV recorrió en el papamóvil la zona de la Plaza de San Pedro, donde cientos de peruanos lo esperaban con una réplica de la imagen del Señor de los Milagros, a quien el papa bendijo emocionado. La ceremonia también tuvo un carácter misionero, enmarcada en la Jornada Mundial de las Misiones, en la que el papa remarcó que “la Iglesia es enteramente misionera”, destacando el compromiso de hombres y mujeres que dedican sus vidas a llevar el Evangelio a quienes aún no lo conocen. El pontífice habló de los “misioneros de esperanza”, dedicando oraciones a los nuevos santos y a quienes han dejado sus hogares por su fe. La celebración estuvo llena de recogimiento, con la Plaza de San Pedro colmada de fieles y delegaciones oficiales, incluyendo a cardenales, patriarcas, obispos, y representantes de Italia, Líbano, Armenia y Venezuela. El papa agradeció la presencia de todos: “Gracias por su devota participación”. La participación de la Hermandad del Señor de Los Milagros en este acto internacional simbolizó un importante acto de unión para la comunidad peruana y latinoamericana, con fieles de diversas nacionalidades portando la imagen del Cristo Moreno en una liturgia de profundo significado espiritual. La canonización y el saludo papal fueron transmitidos globalmente, resaltando la influencia de la devoción peruana en el mundo. Durante su homilía, León XIV incluyó peticiones especiales por quienes sufren a causa de la violencia, haciendo referencia a países afectados por conflictos como Myanmar, Tierra Santa y Ucrania. Pidió la intercesión de la Virgen María y los nuevos santos para avanzar hacia una paz duradera y justa. La devoción al Señor de los Milagros es una de las manifestaciones religiosas más emblemáticas de Lima y su diáspora, remontándose al siglo XVII, cuando un mural del Cristo crucificado resistió varios terremotos en la capital peruana, interpretado como un signo de protección divina. Cada octubre, la Hermandad organiza una de las procesiones más multitudinarias del mundo católico, un fenómeno de gran impacto que trasciende fronteras y congrega a miles de peregrinos en distintas ciudades. En Roma, la presencia del anda morada y los fieles simbolizaron un vínculo fuerte entre la tradición peruana y el centro de la cristiandad.
