WASHINGTON.- Estados Unidos reafirmó su presencia militar en el Caribe y dejó en claro al gobierno venezolano, dirigido por Nicolás Maduro, que debe tomar sus decisiones ante la tensión en la región. El jefe del Pentágono, Pete Hegseth, afirmó en una entrevista con Fox News que "la pelota está en su cancha" y que Trump y su administración están listos para actuar contra los narcoterroristas provenientes de Venezuela.
Hegseth, a bordo de un destructor en aguas del Caribe, señaló que Estados Unidos mantiene desplegados en la zona ocho buques y que su fuerza militar está preparada para intervenir si es necesario. La escalada en la región se incrementó hace ocho días, cuando un misil impactó y destruyó una lancha, matando a 11 supuestos narcoterroristas, según declaraciones del expresidente Donald Trump, que habían zarpado de costas venezolanas.
El gobierno venezolano denunció el ataque como una acción militar sin precedentes en la región, y en respuesta, aviones venezolanos sobrevolaron un buque estadounidense. Washington respondió enviando cazas F-35 a Puerto Rico, y Hegseth visitó recientemente a las tropas en la zona.
Mientras tanto, gobiernos latinoamericanos como Brasil y Colombia denunciaron la escalada de tensiones, aunque países como Trinidad y Tobago manifestaron su satisfacción por la presencia militar estadounidense. Hegseth manifestó que "la región ha recibido muy positivamente nuestra presencia. Muchos expresan su agradecimiento en privado y públicamente porque hemos abordado una situación que era evidente desde hace tiempo."
El responsable militar estadounidense también recordó que Nicolás Maduro está siendo buscado por las autoridades en Nueva York, con una recompensa de 50 millones de dólares, por su presunta implicación en actividades ilícitas.
Hegseth vinculó esta movilización con la necesidad de responder también a la creciente influencia de China en el hemisferio, criticando la inacción de administraciones anteriores. "No debemos ceder este hemisferio a nadie," afirmó. La estrategia estadounidense busca frenar el avance de China en Centroamérica y Sudamérica, asegurando que Estados Unidos mantiene su interés y liderazgo en la región.