En el Estado de México, persiste la evidencia de estructuras de complicidad entre gobiernos municipales y organizaciones criminales, a pesar de los esfuerzos de operaciones como Enjambre. El secretario de Seguridad, Omar García Harfuch, admitió que aún existen órdenes de aprehensión pendientes, necesarias para desmantelar la relación entre las autoridades locales y el crimen organizado.
García Harfuch explicó que la Fiscalía mexiquense continúa con investigaciones derivadas del operativo y que la colaboración con la federación busca eliminar los espacios donde operan servidores públicos vinculados a actividades ilícitas. ‘La estrategia no solo busca castigar, sino también recuperar el control institucional en los municipios donde el crimen tuvo influencia’, afirmó.
En la zona sur del estado, que incluye municipios como Luvianos, Tejupilco, Tlatlaya, Sultepec y Amatepec, fuerzas como el Ejército, la Guardia Nacional y la Policía Estatal mantienen presencia constante debido a delitos frecuentes como extorsión, tala ilegal y cobro de piso, además del uso de rutas hacia la Ciudad de México.
García Harfuch destacó que la Estrategia Nacional Antiextorsión, liderada por la Fiscalía mexiquense, ha detectado estructuras locales dedicadas al cobro de cuotas y redes de protección vinculadas con autoridades. Sin embargo, reconoció que la presión criminal sigue activa y que el objetivo es lograr detenciones que tengan un impacto real en la lucha contra el delito.
En la región oriente del estado, una zona prioritaria para la Presidencia de la República, se mantiene un mando unificado entre fuerzas federales y estatales. Operativos recientes mostraron que algunos grupos ilícitos utilizan sindicatos como fachada para sus actividades.
El operativo Enjambre, que cuenta con respaldo estatal y federal, ha resultado en decenas de detenciones de exfuncionarios y mandos municipales, aunque solo el 11 por ciento de las investigaciones ha llegado a una sentencia. García Harfuch indicó que cada captura fortalece las líneas de investigación y ayuda a construir casos más sólidos contra quienes mantienen vínculos con grupos criminales.
Entre los grupos criminales identificados están la Familia Michoacana, el Cártel Jalisco Nueva Generación, así como organizaciones locales como Los Julios y El Nuevo Imperio, que operan principalmente en municipios del Valle de Toluca y zonas cercanas a la Ciudad de México. Destacó la reciente detención del líder de El Nuevo Imperio, conocido como “El 20”, cuya captura ha provocado fragmentación interna y disputas por el control territorial, aunque algunos liderazgos antiguos siguen activos.
La infiltración en las corporaciones municipales continúa siendo un desafío. La depuración, liderada por el fiscal José Luis Cervantes y el secretario Cristóbal Castañeda, ha permitido avanzar en la limpieza, especialmente en mandos medios. García Harfuch afirmó que fortalecer la Policía Estatal es clave para profesionalizar las policías municipales, incluso con recursos limitados, y que las detenciones de funcionarios corruptos generan un efecto positivo entre los agentes leales.
En su primer año de coordinación, el Estado de México logró reducir en un 43 por ciento los homicidios dolosos en comparación con el inicio de la administración. Sin embargo, la percepción social de inseguridad no ha cambiado al mismo ritmo. García Harfuch señaló que la confianza social se recupera con operativos constantes, investigaciones firmes y la eliminación de la impunidad.
El funcionario concluyó que el modelo de coordinación, depuración y fortalecimiento de inteligencia implementado en la entidad podría replicarse en otras regiones para consolidar la lucha contra la delincuencia y romper definitivamente los vínculos entre crimen y autoridades municipales.