El gesto de mojar la copa o vaso antes de servir la cerveza ha sido respaldado por expertos cerveceros como un paso fundamental para disfrutar plenamente de esta bebida. Más allá de una simple manía, esta práctica posee fundamentos técnicos que influyen en la formación de espuma, aroma, temperatura y la experiencia sensorial en general.
El maestro cervecero Miguel explica en sus redes sociales que “si no mojas el vaso antes de echar la cerveza, te lo estás cargando”, y detalla tres razones principales para ello.
Primero, señala que aunque no lo notemos, las paredes de los vasos y copas no son completamente lisas. Estas irregularidades ayudan a que las burbujas se adhieran, favoreciendo una buena formación de espuma. Sin embargo, restos de jabón en el cristal —producto del lavado— pueden alisar la superficie y obstaculizar esta formación.
En segundo lugar, Miguel destaca el papel de la fricción. Una copa seca genera más fricción cuando la cerveza cae, lo que puede causar una rápida y descontrolada formación de espuma. Humedecer el vaso permite que la cerveza fluya con mayor suavidad, controlando mejor la formación de la espuma.
El tercer motivo tiene que ver con la temperatura. Mojar el vaso ayuda a equilibrarla superficie, pero si está demasiado caliente o fría, el primer contacto con la cerveza puede alterar su carbonatación. Por ello, Miguel recomienda no pedir cervezas en copas congeladas.
Para los amantes de esta bebida, el enjuague previo suele ser una rutina en los bares. Sin embargo, existen obstáculos y detalles a considerar. Partículas microscópicas de polvo o minerales en el agua de lavado pueden afectar la calidad de las burbujas y provocar una liberación descontrolada de gas, resultando en una espuma sin sabor y de peor calidad, según Spirits Hunters.
Además, mojar ayuda a que la espuma se forme de manera uniforme, mejora el deslizamiento de la cerveza, mantiene una temperatura estable y evita un exceso inicial de espuma que podría llenar el vaso demasiado rápido.
En un video adicional en TikTok, Miguel advierte que nunca se debe servir cerveza en vasos de plástico, ya que estos pueden desprender aromas o sabores que alteran la experiencia. El plástico, además, no retiene ni forma bien la espuma ni mantiene la temperatura.
En conclusión, mojar la copa o vaso antes de servir es un pequeño pero importante gesto que mejora la formación de espuma, la experiencia sensorial y el aroma de la cerveza, asegurando una bebida más sabrosa y de mejor calidad.
