A pocas horas de la publicación en Francia de las memorias del rey Juan Carlos, titulada Reconciliación y escrita por Laurence Debray, surgen muchas interrogantes. Según la revista ¡Hola!, la edición francesa salió casi un mes antes que en España, donde estará disponible a partir del 3 de diciembre tras una publicación por Planeta, en contraste con la edición en Francia lanzada el 5 de noviembre por la editorial Stock.
La diferencia en fechas no fue resultado de un accidente logístico ni de una estrategia promocional, sino de decisiones editoriales que Debray explicó en una entrevista exclusiva con ¡Hola!. La autora indicó que en Francia la obra llegó en la fecha prevista, pero en España la decisión de retrasarla obedeció a las instrucciones del rey Juan Carlos, quien prefirió que fuera un gran grupo editorial español, en este caso Planeta, el encargado de su publicación.
“En las conversaciones con Planeta, nos propusieron lanzar la obra en noviembre”, reveló Debray. Sin embargo, esta editorial optó por retrasar la publicación a principios de diciembre, ya que en Francia la maquinaria editorial ya estaba en marcha y no podía detenerse. La coordinación internacional inicialmente parecía alineada, pero los intereses y ritmos distintos de cada país provocaron esta desincronización, una situación que, según la autora, es frecuente en casos de lanzamientos de alto perfil.
Mientras tanto, Debray afirmó que Juan Carlos I sigue observando la situación con tranquilidad. Aunque está satisfecho con la recepción del libro, decidió no participar en promociones públicas tanto en París como en España, por mantener su discreción y evitar parecer que impulsa una estrategia de marketing. Solo concedió entrevistas a dos periodistas franceses desde Abu Dabi, enfatizando su deseo de distanciarse de las promociones tradicionales.
El interés generado por Reconciliación, que ya provoca expectación en ambos países antes de su llegada a los escaparates españoles, evidencia cómo la diferencia en las fechas de publicación ha elevado la curiosidad sobre el contenido de las memorias. En las próximas semanas, los españoles podrán conocer de primera mano las historias y anécdotas que Debray ha recopilado, aunque quizás con un poco más de anticipación si la publicación en España hubiese ocurrido en el mismo día que en Francia. La experiencia sugiere que las próximas decisiones editoriales en casos similares podrían ajustarse mejor para evitar estas demoras y mantener el interés en su punto máximo.