¿Por qué percibimos colores inexistentes? La ciencia revela el verdadero origen

Por: Equipo de Redacción | 05/11/2025 13:00

¿Por qué percibimos colores inexistentes? La ciencia revela el verdadero origen

Un avance de la Universidad de Southampton ha aclarado cómo el ojo humano percibe colores que en realidad no existen. Este fenómeno, relacionado con la adaptación de los fotorreceptores en la retina, permite distinguir matices en cualquier condición lumínica y desafía la creencia de que era responsabilidad exclusiva del cerebro generarlos.

Las imágenes residuales de color, que se presentan como la percepción de un color inexistente tras fijar la vista en otro color durante varios segundos, han fascinado durante siglos. Estas percepciones permiten que el cerebro interprete señales como colores fantasmas, incluso en imágenes en blanco y negro, creando efectos sorprendentes.

Según la Universidad de Southampton, este mecanismo es más crucial de lo que se pensaba; ayuda a mantener la percepción del color estable pese a los cambios en la iluminación ambiental. Sin esta adaptación automática, los tonos de objetos cotidianos variarían constantemente, dificultando su reconocimiento.

El fenómeno ha desconcertado a científicos, ya que sugería que los procesos cerebrales complejos eran responsables. Sin embargo, el grupo liderado por Christoph Witzel diseñó experimentos con 50 voluntarios, quienes lograron igualar con precisión los colores residuales percibidos, y complementaron estos estudios con ajustes en dispositivos especializados.

Los resultados compararon modelos computacionales que simulaban desde la acción en los fotorreceptores hasta las rutas en el cerebro, demostrando que estos residuos de color reflejan directamente cambios temporales en los fotorreceptores, en lugar de procesos cerebrales internos o mecanismos opuestos.

Witzel explicó: “Las imágenes residuales de color son un fenómeno clásico, pero a medida que hemos profundizado en su estudio, hemos entendido que se originan en la retina, sin requerir participación de circuitos cerebrales superiores”.

Las células conos, responsables de captar la luz y regular la percepción del color, adaptándose a diferentes niveles de iluminación, explican la estabilidad cromática en diversas condiciones. Este proceso, conocido como constancia del color, es fundamental para identificar objetos y navegar en ambientes cambiantes.

La investigación sugiere que la adaptación de los conos en la retina basta para explicar las imágenes residuales, eliminando la idea previa de que el cerebro era el principal responsable. Esta comprensión destaca que la retina es un sistema activo y autónomo que estabiliza la percepción del color.

El descubrimiento no solo cierra un debate científico de larga data, sino que también abre nuevas posibilidades en óptica, tecnología visual y rehabilitación visual. La retina juega un papel más central de lo que se pensaba, proporcionando respuestas sólidas sobre la naturaleza de las ilusiones cromáticas.

Este avance en la neurociencia visual ayuda a comprender cómo se construye la percepción estable del color y muestra la colaboración entre la retina y el cerebro. Conocer este proceso permite explorar otros enigmas de la percepción humana y elimina dudas sobre el origen de las imágenes residuales de color, marcando un hito en la historia de la visión humana.