La madrugada del pasado viernes, el Volcán de Fuego en Guatemala entró en erupción, generando un espectáculo natural que sorprendió a habitantes y usuarios en Internet. Lo que llamó especialmente la atención fueron los relámpagos que acompañaron la actividad volcánica, llevándolos a preguntarse por qué estos fenómenos ocurren juntos.
No todas las erupciones volcánicas producen relámpagos, pero en ciertos casos, la energía liberada en las explosiones puede generar descargas eléctricas en la atmósfera.
Las tormentas, en general, son fenómenos meteorológicos que consisten en múltiples descargas eléctricas en la atmósfera, acompañadas de sonidos retumbantes conocidos como truenos.
Según la Universidad Hilo de Hawái, durante una erupción volcánica, la fricción entre los materiales expulsados, como piroclastos o tefira, provoca una separación de cargas eléctricas. Esto sucede porque algunos de estos materiales tienen mayor tendencia a atraer electrones. Estas partículas chocan entre sí a altas velocidades, generando acumulaciones de carga.
Además, si la erupción incorpora partículas de hielo, el proceso de carga eléctrica se facilita aún más dentro de la nube volcánica. La interacción entre las partículas de piroclastos y las gotas de agua provoca la disociación de cargas positivas y negativas, culminando en la formación de rayos.
La electricidad estática se produce cuando dos cuerpos entran en contacto, permitiendo la transferencia de electrones libres. Un ejemplo cotidiano es frotar un globo contra un suéter de lana, acumulando cargas eléctricas en uno de los objetos y generando una descarga visual.
Este fenómeno particular en volcanes se explica por la interacción de partículas y la separación de cargas en la atmósfera, creando los relámpagos que acompañan a estas intensas erupciones volcánicas.