¿Alguna vez pensaste que una acción pensada para ayudar podría terminar en una confrontación? En Chimalhuacán, la comunidad de Acuitlapilco vivió una situación inesperada que ha generado indignación en sus habitantes.
El pasado 26 de noviembre de 2025, la administración morenista de Xóchitl Flores Jiménez tomó una decisión que sorprendió a todos: suspendió de manera abrupta una jornada médica gestionada por vecinos del propio barrio. ¿El motivo? Lo que prometía ser un servicio comunitario se convirtió en un operativo de intimidación.
Según testimonios, al menos 10 funcionarios municipales junto con elementos de Seguridad Ciudadana llegaron al módulo destinado a ofrecer consultas, vacunas, medicamentos gratuitos y pruebas de detección de VIH, diabetes e hipertensión. Sin embargo, en lugar de brindar apoyo, su actitud fue de amedrentamiento. Se exigió el retiro inmediato del personal médico y los vecinos, a pesar de que la actividad contaba con autorización del Estado.
Este acto ha sido calificado por los habitantes de Acuitlapilco como una ‘agresión directa a la comunidad’ y una ‘demostración del desprecio del gobierno municipal por la salud de la gente’. El contexto se vuelve aún más agravante considerando que Chimalhuacán enfrenta problemas como violencia creciente, desabasto de agua y abandono de servicios básicos.
En medio de esta situación, los vecinos no solo expresaron su rechazo, sino que también responsabilizan directamente a Xóchitl Flores Jiménez por la suspensión. Acusan que su gobierno es represor, insensible y claramente incapaz de atender las necesidades básicas de la población.
¿Y qué sigue? La comunidad ha anunciado que documentarán lo ocurrido y preparan denuncias públicas y administrativas para que hechos como este no se repitan. La pregunta queda en el aire: ¿Qué revela este incidente sobre el compromiso del gobierno con la salud y el bienestar de sus habitantes?