Desde el viernes previo a las elecciones hasta hoy, las principales tasas en pesos que registra el Banco Central mostraron una significativa caída. Tanto la tasa de interés TAMAR como la BADLAR exhibieron descensos consecutivos, evidenciando un cambio en la política monetaria y el esfuerzo del Gobierno por reducir los costos del crédito en pesos.
En detalle, la tasa TAMAR, que corresponde a depósitos a plazo fijo mayoristas en bancos privados por más de mil millones de pesos, pasó de 58,5% anual el 24 de octubre a 36,7% el 3 de noviembre, lo que implica una disminución de 21,8 puntos porcentuales en menos de dos semanas. La tasa efectiva anual también bajó de 76,9% a 43,5%.
Por su parte, la tasa BADLAR, que mide el rendimiento promedio en depósitos superiores a un millón de pesos, descendió de 49,4% a 34,7% nominal anual en el mismo período. En términos efectivos, la caída fue de 62,2% a 40,8%.
El descenso constante continuó durante la semana posterior a los comicios, estabilizándose en niveles no vistos desde principios de año y reflejando la normalización del mercado financiero tras la volatilidad electoral. Para los bancos, esto implica menores costos de fondeo, lo que podría traducirse en tasas más bajas para los créditos al sector privado.
La reducción también impactó en el mercado bursátil, donde las tasas de cauciones —créditos garantizados a corto plazo entre inversores— se posicionaron en torno a 18% nominal anual para operaciones de un día y entre 20% y 30% para plazos de hasta una semana. Estos valores, históricamente bajos para este tipo de operaciones, indican un aumento en la liquidez del sistema financiero y responden a una menor demanda de coberturas en moneda local, favorecida por la estabilidad cambiaria y las políticas del Banco Central que facilitaron un manejo más flexible de los encajes bancarios.
Este descenso en las tasas de cauciones se atribuye también a la menor necesidad de cobertura, en un contexto de perspectivas positivas sobre la estabilidad del peso y la continuidad de una política monetaria que busca reducir el costo del crédito.
Expertos financieros destacan que esta baja simultánea de tasas bancarias y cauciones marca un cambio de etapa. Mientras antes se usaron tasas altas para contener la presión sobre el dólar, ahora el enfoque se desplazó hacia la reactivación crediticia y la normalización del mercado monetario en pesos.
El proceso de emisión de deuda en pesos también refleja esta tendencia, con una licitación en la que el Ministerio de Economía adjudicó 6,87 billones de pesos, representando una renovación del 57,2% de los vencimientos, dejando mayor liquidez en el mercado.
Los intereses efectivos en esta licitación son notablemente bajos, con una tasa mensual promedio de 2,87% en títulos cortos y 2,55% en los de vencimiento más largo, lo que implica rendimientos muy por debajo de los registros en convocatorias previas. La estrategia del Gobierno priorizó reducir el costo financiero antes que una renovación total de los vencimientos, con el fin de consolidar las expectativas de tasas en torno al 30% a 40% anual, siempre que se mantenga la estabilidad cambiaria.
Además, el Banco Central modificó el cálculo de los encajes bancarios, que ahora se promediarán en el mes con un piso del 95%. Esta medida proporciona mayor previsibilidad a los bancos y menor necesidad de retener liquidez en tramos cortos, ayudando también a reducir las tasas activas y pasivas.
Por último, se observa un incremento en la demanda de títulos a tasa fija y en plazos más largos, un signo de recuperación de la confianza en la deuda en pesos, aunque aún en fases iniciales. Todo ello indica un cambio de tendencia favorable para la estabilización y reactivación del mercado financiero en Argentina.