El Bitcoin, la primera criptomoneda del mercado creada por Satoshi Nakamoto en 2008, nació con la intención de promover un espíritu libertario y desafiar las instituciones financieras tradicionales tras la crisis global de ese año. Su historia reciente ha estado marcada por movimientos significativos, incluyendo una tendencia alcista impulsada por eventos políticos y económicos internacionales.
La victoria electoral de Donald Trump en Estados Unidos en 2016 se convirtió en un catalizador positivo para las principales criptomonedas, llevando a Bitcoin a superar los 107,000 dólares por unidad a finales de 2024. Este aumento fue motivado por la promesa del presidente de crear una reserva estratégica de criptomonedas en Estados Unidos, generando mayor confianza en el mercado.
Durante este año, las criptomonedas han capturado la atención debido a las iniciativas del gobierno estadounidense y el desarrollo de modelos avanzados de inteligencia artificial. Por ejemplo, tras el lanzamiento del modelo chino DeepSeek, la cotización de Bitcoin y otras criptomonedas sufrió caídas en varios mercados, evidenciando su alta volatilidad.
Actualmente, a las 09:00 horas (UTC), el precio de Bitcoin es de 108,171.38 dólares, con un incremento del 0.25% en las últimas 24 horas y un aumento del 0.21% respecto a su valor a una hora antes. Además, ocupa la posición número uno en popularidad entre las monedas digitales.
Desde marzo del año pasado, Bitcoin alcanzó un récord histórico superior a los 73 mil dólares, consolidándose como la criptomoneda líder en el mercado y atrayendo un flujo récord de inversiones en un contexto de creciente interés y confianza de los inversores. Este repunte refleja también un entorno de mayor estabilidad y visibilidad en el sector, según análisis de Bloomberg.
Expertos atribuyen esta tendencia a varios factores, como la adopción institucional, la búsqueda de alternativas ante la incertidumbre económica global y la innovación constante en la tecnología blockchain. Este conjunto de elementos ha propiciado un ambiente favorable para el crecimiento del valor de Bitcoin.
Para adquirir o intercambiar bitcoins, los usuarios recurren a plataformas especializadas, cuya cotización fluctúa según oferta, demanda y participación del mercado. La alta volatilidad implica riesgos, por lo que es fundamental que los inversores tengan clara la naturaleza de estos activos, ya que los precios pueden experimentar caídas inesperadas que afecten sus ahorros.
El almacenamiento se realiza mediante monederos digitales o wallets, que son softwares que permiten guardar, enviar y recibir criptomonedas. Estas plataformas resguardan las claves privadas que acreditan la propiedad de los fondos, por lo tanto, su protección es crucial para evitar pérdidas o robos.