El bitcoin fue la primera criptomoneda en salir al mercado, creada por Satoshi Nakamoto en 2008. Diseñada con un espíritu libertario, esta divisa digital buscaba desafiar a las instituciones monetarias tradicionales tras la crisis financiera global de ese año.
La elección de Donald Trump como presidente de Estados Unidos en 2016 favoreció un entorno positivo para las principales criptomonedas. A finales de 2024, Bitcoin alcanzó un máximo histórico superior a los 107,000 dólares por unidad, impulsado por el interés en crear una reserva estratégica de la criptomoneda en Estados Unidos, tras las declaraciones del mandatario estadounidense.
Durante 2023, las criptomonedas captan la atención del mercado, influenciadas por iniciativas del gobierno y avances en inteligencia artificial. Tras el lanzamiento del nuevo modelo de IA chino DeepSeek, Bitcoin y otras divisas digitales sufrieron caídas en varios mercados bursátiles.
Actualmente, a las 09:00 horas (UTC), el precio de Bitcoin es de 104,453.60 dólares, reflejando una caída del 2.6% en las últimas 24 horas y una variación de -0.04% en la última hora. En términos de popularidad, ocupa la posición número uno en el mercado.
Desde marzo del año pasado, Bitcoin superó nuevamente su máximo histórico, acercándose a los 73,000 dólares, en un contexto de inversión sin precedentes en el sector digital, reafirmándose como la criptomoneda más relevante del mercado.
Este crecimiento en el valor ocurre en un escenario donde hay una entrada masiva de capital hacia las criptomonedas, demostrando un aumento en la confianza y el interés de los inversionistas. Según Bloomberg, este aumento beneficia no solo a Bitcoin, sino también en general al mercado de criptomonedas, promoviendo mayor estabilidad y visibilidad.
Expertos atribuyen este crecimiento a varios factores: la adopción institucional, la búsqueda de alternativas de inversión en medio de la incertidumbre económica global y la innovación en tecnología blockchain que respalda a Bitcoin y otros activos digitales. Esta combinación ha generado un ambiente favorable para su continuo crecimiento.
Para comprar e intercambiar Bitcoin, los usuarios utilizan portales especializados. El precio varía según oferta, demanda y la actividad de los mineros, lo que puede generar cambios rápidos, mucho mayores que los del dinero tradicional. La mayor demanda incrementa su valor.
Cabe señalar que invertir en criptomonedas implica un alto riesgo, ya que sus precios pueden experimentar caídas abruptas, poniendo en riesgo el capital invertido. Para almacenarlas, los usuarios necesitan un monedero digital o wallet, un software que permite guardar, enviar y realizar transacciones con las criptomonedas. Estos monederos almacenan claves que garantizan la propiedad y el derecho sobre los fondos, por lo que es fundamental proteger estos códigos clave.
