El presidente de Corea del Sur, Lee Jae-myung, ordenó el sábado maximizar esfuerzos para responder rápidamente a la detención de cientos de sus conciudadanos en una redada migratoria en una fábrica de Hyundai Motor en Georgia, Estados Unidos. El ministro de Asuntos Exteriores, Cho Hyun, explicó que se ha formado un equipo de respuesta y que, si fuera necesario, podrían acudir a Washington para ofrecer asistencia. "Estoy profundamente preocupado y asumo la responsabilidad por las detenciones de nuestros compatriotas", indicó Cho en una reunión de emergencia del gobierno. Este incidente amenaza con intensificar la tensión entre Seúl y Washington, aliados en inversión y comercio, particularmente tras desacuerdos respecto a un acuerdo que contempla 350 mil millones de dólares en inversiones surcoreanas en EE.UU. Un video del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) mostró a trabajadores coreanos y asiáticos encadenados y abordando autobuses tras la redada, la cual involucró a unas 475 personas, incluyendo más de 300 surcoreanos, en una planta cerca de Savannah. La operación fue la más grande en la historia del Departamento de Seguridad Nacional de EE.UU. En declaraciones, Hyundai anunció que revisará a sus proveedores y subcontratistas para verificar el cumplimiento de normativas laborales. LG Energy Solution, que colabora con Hyundai en la fabricación, informó que ha pedido a sus empleados en EE.UU. regresar a sus países y suspendido viajes al país, salvo para reuniones con clientes. Hasta el momento, 47 empleados de LG y aproximadamente 250 trabajadores subcontratados han sido detenidos en la fábrica conjunta.
