¿Alguna vez te has preguntado qué sucede cuando un país viola los acuerdos internacionales sobre programas nucleares? La respuesta está en la tensión que vive Irán en su relación con la ONU y, específicamente, con la Agencia Internacional de Energía Atómica (OIEA). Esta semana, Rafael Grossi, director general del organismo, hizo una petición contundente: ¡exigir a Irán que permita acceso total a sus instalaciones nucleares dañadas por ataques recientes.
Desde Viena, Grossi aseguró que el OIEA aún no ha recibido autorización para inspeccionar al menos siete sitios afectados en Irán, a pesar de que esto forma parte de los compromisos asumidos por Teherán. ¿Por qué es tan importante verificar qué materiales y dispositivos siguen presentes en esas plantas? Porque, según las normas internacionales, cada destrucción debe ser corroborada, y en instalaciones como Natanz, Fordow y el centro de investigación de Isfahan, los daños parciales aún no han sido revisados.
Estos ataques, perpetrados en junio por Israel con apoyo de Estados Unidos, marcaron una escalada en el marco de una crisis diplomática y de seguridad. La ofensiva ocurrió en medio de contactos diplomáticos estancados y tras meses de tensión por el programa nuclear iraní. Como respuesta, el Parlamento de Irán aprobó una ley que limita la colaboración con el OIEA, dificultando aún más las tareas de inspección.
En la reciente reunión de la Junta de Gobernadores del OIEA, países como Francia, Reino Unido, Alemania y Estados Unidos impulsaron una resolución para que Irán cumpla con el programa de inspecciones y entregue reportes detallados sobre su uranio, incluyendo ubicaciones, cantidades y niveles de enriquecimiento. Además, se pide informes trimestrales de Grossi sobre los avances en la verificación en el territorio iraní.
Uno de los puntos más críticos es el destino de más de 440 kilos de uranio enriquecido al 60%, almacenados antes de los ataques y que, a ese nivel, podrían ser utilizados para armas nucleares, aunque Teherán ha negado tener intenciones armamentísticas.
Grossi reiteró que, aunque ha habido avances en las semanas recientes, aún no se permite la revisión directa de las zonas impactadas por los ataques. Y esto sucede mientras las negociaciones para reactivar el acuerdo nuclear de 2015 están estancadas. Desde 2018, después de que Estados Unidos salió del pacto y volvió a imponer sanciones, Irán ha intensificado el desarrollo de materiales nucleares.
El rechazo del gobierno iraní, sumado a la reactivación de sanciones por parte de los países europeos, ha provocado que la comunidad internacional insista en que solo una supervisión estricta y continua por parte del OIEA puede garantizar que el programa atómico iraní sea solo con fines pacíficos. Fuentes diplomáticas advierten que mantener la presión y la transparencia en el manejo del uranio enriquecido y los avances técnicos en Irán es indispensable.
El proyecto de resolución que será sometido a votación en la junta busca que cualquier reducción en la cooperación iraní sea informada de inmediato y que se mantenga una vigilancia permanente del estado nuclear en el país. La tensión y las decisiones están sobre la mesa, y el mundo observa con atención si Irán cumplirá con las demandas de la comunidad internacional.