¿Alguna vez has sentido que la autopista México-Querétaro se convierte en una trampa mortal? El pasado 28 de noviembre de 2025, esa sensación se hizo realidad cuando un choque entre dos tractocamiones en el kilómetro 39, rumbo a la Ciudad de México, dejó una escena de caos total.
Imagina: una fila de 10 kilómetros de vehículos atascados, personas atrapadas en un embotellamiento en el que la paciencia se agota y la frustración crece. Eso es exactamente lo que enfrentan hoy en día quienes necesitan cruzar esa ruta. Las autoridades informaron que una de las unidades quedó atravesada en la vía, complicando aún más el retiro y manteniendo parcialmente cerrada la autopista.
Pero aquí no termina la historia. La Secretaría de Infraestructura, Comunicaciones y Transportes revela que más de 150 mil vehículos transitan por esa autopista cada día. ¿Sabías que los accidentes con tractocamiones representan el 38% de los incidentes viales graves en esa vía? Es una receta para el desastre, y la realidad se refleja en la gravedad de los bloqueos y colapsos.
Y justo cuando la autopista se convertía en un embudo, una protesta añadió una capa más de tensión. Desde las 5 de la tarde, familiares y amigos de Jeshua Cisneros Lechuga bloquearon la carretera en Tepotzotlán. ¿Quién era Jeshua? Un joven de 23 años que desapareció el 13 de noviembre y cuyo paradero sigue siendo un misterio tras casi dos semanas. La angustia y la exigencia de justicia se sienten en cada presencia en esa protesta.
Las autoridades llaman a los automovilistas a evitar esa ruta hacia la Ciudad de México y sugerir alternativas, como la carretera libre a Querétaro, aunque también se encuentra saturada. La pregunta que todos nos hacemos: ¿hasta cuándo esta doble crisis, de tráfico y social, seguirá afectando a miles de personas? La respuesta está en el corazón de un problema que exige atención urgente y soluciones efectivas.
