¡Una historia llena de giros inesperados! La muerte del sacerdote Ernesto Baltazar Hernández Vilchis en Tultitlán ha sacudido a las autoridades y a la comunidad. Pero lo más impactante es la revelación de una relación cercana con una de las implicadas en su eventual desaparición y fallecimiento. ¿Qué secretos ocultaba esta conexión?
Todo empezó con las investigaciones de la Fiscalía General de Justicia del Estado de México (FGJ Edomex). Los primeros datos sugieren que el párroco fue víctima de un grupo dedicado supuestamente a robar y atemorizar a sus víctimas, conocidos como “goteras”. Pero lo que ha marcado la diferencia en la línea de investigación fue el papel de Fátima N, quien fue detenida y brindó detalles impactantes.
Según su declaración, Fátima N mantuvo encuentros con el sacerdote durante un año y, el día del crimen, estuvo con él en un hotel de Tultitlán. Su intención, afirmó, era robarle, y en ese proceso, le administró gotas de clonazepam con la intención de someterlo. La reunión ocurrió en el Hotel Bikos en la avenida José López Portillo, donde ambos bebieron alcohol y planearon el robo.
Pero ahí no termina la historia. La mujer condujo a Ernesto a un departamento en la Unidad Habitacional Morelos, Tercera Sección, donde también estaba Brandon Jonathan ‘N’. Los testimonios revelan que los tres estuvieron conviviendo y que, en algún momento, Fátima N le administró las gotas al sacerdote.
Lo que sucedió después fue brutal. Según las investigaciones, Brandon reaccionó violentamente, atacando al sacerdote con un bate metálico, un martillo y un machete sin filo, causándole heridas mortales. María N, pareja de Brandon, también participó en la limpieza de la escena y en ocultar el cuerpo.
El cuerpo del sacerdote fue atado a un sillón, envuelto en cobijas y bolsas negras, y posteriormente abandonado en un canal de aguas negras en Nextlalpan el 30 de octubre. Fue hallado el 11 de noviembre en avanzado estado de descomposición. La investigación también apunta al uso del vehículo del párroco, capturado en un arco carretero rumbo a Hidalgo, y a la venta de su camioneta en Actopan por 37 mil pesos, con la ayuda de un exconvicto.
¿Pero qué papel jugaba el vínculo entre el sacerdote y Fátima N en todo este drama? ¿Existían vínculos previos que puedan dar una pista más clara sobre las motivaciones y el contexto? La justicia continúa profundizando en cada uno de estos aspectos para esclarecer toda la verdad.