¿Alguna vez has sentido que conducir por Periférico es una lucha constante contra el peligro? La reciente volcadura de una camioneta en esa vía revela una realidad alarmante que va más allá de un simple accidente.
Todo ocurrió en la madrugada, en dirección sur–norte, cerca de Viaducto. Un conductor anónimo perdió el control de su vehículo tras impactar una piedra de aproximadamente 30 centímetros de diámetro, que había sido arrastrada por el tráfico o cayó de un vehículo minutos antes. La fuerza fue tal que la camioneta volcó, levantando la parte delantera y parándose a un lado del carril central.
El testimonio del conductor es impactante: relata que venía a velocidad moderada, y de repente sintió un golpe fuerte, como si hubiera chocado contra un muro. En segundos, su vehículo giró y quedó recostado. Intentó salir por la ventana —la puerta quedó atorada— y en ese momento, otros conductores se detuvieron a ayudar.
Pero aquí no termina la historia. Lo que preocupa es la reacción de las autoridades. En su declaración, el conductor afirmó que, en lugar de recibir ayuda, los oficiales le señalaron que había dañado el pavimento y que eso implicaba un costo. Insinuaron que si 'cooperaba' con dinero, el reporte del accidente sería más fácil. La víctima, en shock y con raspaduras, se negó, y los agentes levantaron un informe que atribuía el incidente a un exceso de velocidad, pese a que su camioneta presentaba daños evidentes por impacto con un objeto sólido.
¿Y qué hay del estado de la vía? Vecinos y automovilistas frecuentes en Periférico advierten que incidentes como este ocurren con regularidad, debido a la acumulación de materiales de construcción, objetos abandonados y caída de material en los carriles. Organizaciones de movilidad exigen al Gobierno de la Ciudad de México reforzar la vigilancia, especialmente en las áreas en obra o circulación de camiones de carga.
También solicitan que la Secretaría de Seguridad Ciudadana investigue la conducta de los elementos policiales involucrados en este caso. La percepción general y la evidencia indican una problemática de fondo: seguridad vial precaria, falta de mantenimiento y posibles abusos por parte de algunos oficiales.
El conductor afectado continúa en recuperación y planea presentar una denuncia formal por el presunto intento de extorsión. Él concluye con una reflexión contundente: 'Lo mínimo que deberían garantizar es que la carretera esté limpia y que la policía ayude, no que busque sacar provecho'.
¿Nos estamos convirtiendo en testigos de una inseguridad y corrupción que se normalizan en nuestras calles? La respuesta parece estar en nuestras manos y en la atención que las autoridades brinden para resolver estos problemas de raíz.
