La ciudad de Moscú registró este miércoles una temperatura máxima de 34.6 grados centígrados, rompiendo el récord establecido hace más de un siglo, en 1903, cuando alcanzó los 34.5 grados. Según los servicios meteorológicos rusos, en ese día se superó en una décima la cifra histórica, que ahora se ubica como la más alta en los últimos 122 años. Román Vilfand, director del departamento científico del Servicio Meteorológico ruso, confirmó a la agencia Interfax que se trata de una temperatura extrema para la capital. La ola de calor, que ha durado ya cinco días consecutivos, supera en más de 10 grados la media habitual para julio y ha provocado que varias estaciones del metro en Moscú distribuyan agua embotellada entre los pasajeros. Los meteorólogos han bautizado esta condición como el 'calor egipcio'. A pesar de las altas temperaturas, se espera que la próxima semana el clima sea más templado y lluvioso, según pronósticos. Esta inusual ola de calor se suma a un verano que ya ha mostrado condiciones extremas, con semanas de calor en primavera y frío en mayo, sorprendiendo a los habitantes de la capital rusa en un año de clima impredecible.
