Las redadas migratorias masivas retornaron este miércoles a Los Ángeles con la realización de acciones secretas por parte de agentes migratorios. Estos llegaron escondidos en un camión de mudanzas de la compañía Penske en el estacionamiento de una tienda en el barrio Westlake, cerca del Parque MacArthur, en una operación denominada 'Operación Caballo de Troya'. Tras la entrada del camión, los agentes salieron a la calle y comenzaron a perseguir a inmigrantes, acción que culminó con la detención de aproximadamente 16 personas. La escena fue grabada en video por un reportero de la cadena FOX que acompañaba a los oficiales de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de los Estados Unidos (CBP). Las imágenes muestran cómo el camión, que fue utilizado como vehículo encubierto, se aproximó a inmigrantes que ofrecían sus servicios en el estacionamiento de una tienda de artículos de construcción, quienes pensaron que buscaban trabajo, pero fueron interceptados por agentes enmascarados que saltaron del vehículo para arrestarlos. Varios testigos relataron que los oficiales llamaron en español a los migrantes y los persiguieron en el lugar. Algunos oficiales regresaron al camión y se retiraron del sitio, mientras que la empresa Penske se desligó del operativo, aclarando que no sabía que el vehículo sería utilizado para dichas acciones. El Departamento de Seguridad Interna (DHS) informó que el operativo buscaba detener a sospechosos relacionados con la pandilla MS-13, pero críticos como el abogado Mark Rosenbaum denunciaron que la Administración Trump ha mentido al decir que las redadas se enfocarían en criminales peligrosos, señalando que en realidad se ha dirigido a inmigrantes en situación vulnerable. La redada ocurrió dos días después de una orden judicial que prohíbe detenciones sin sospecha razonable y basadas en rasgos étnicos o expresiones lingüísticas, restricciones que el juez ratificó la semana pasada. Sin embargo, funcionarios como el fiscal federal interino Bill Essayli expresaron que la aplicación de la ley será continua y que ningún santuario está fuera del alcance del gobierno federal. Un testigo hispano afirmó que el camión se acercó a inmigrantes ofreciendo trabajo y que, tras la llegada de los agentes, estos comenzaron a perseguirlos. Autoridades de la comunidad y activistas advirtieron que, aunque las redadas parecen disminuir, los operativos no han cesado y exhortaron a la comunidad a mantenerse alerta y reportar cualquier irregularidad.