¿Sabías que una sencilla exposición en un temazcal puede poner en riesgo la vida? Esa fue la causa que casi termina con una tragedia en Amecameca, Estado de México. Pero la rapidez y coordinación lograron un rescate espectacular.
Todo empezó cuando un paciente sufrió quemaduras graves en el 50 por ciento de su cuerpo, con daños de segundo y tercer grado, tras una exposición prolongada dentro de un temazcal. La gravedad era tal que, solo unas horas después, su vida pendía de un hilo.
El Hospital Valentín Gómez Farías activó un 'Código Trauma', un llamado de emergencia que movilizó a Protección Civil y Bomberos en coordinación con el Grupo Relámpagos del Estado de México. ¿El plan? Trasladarlo con urgencia a un centro de atención especializado.
Primero, el paciente fue llevado desde Amecameca al Hospital de Zentlalpan, donde los médicos determinaron que necesitaba atención de tercer nivel para evitar un choque hipovolémico y una infección severa, condiciones frecuentes en quemaduras extensas.
Aquí entra el papel decisivo del Dr. Varela, director del Hospital de Amecameca, quien gestionó de inmediato la intervención del Grupo Relámpagos. Bajo instrucciones de la alcaldesa Ivette Topete García, se movilizó una unidad especializada para un traslado de emergencia. El objetivo: un punto seguro en Chalco donde aterrizaría el helicóptero.
Minutos después, la aeronave de Relámpagos aterrizó en Chalco y realizó un traslado aeromédico directo al Centro Médico Adolfo López Mateos, uno de los hospitales más avanzados en tratamiento de quemaduras en el Estado de México. Durante todo el vuelo, médicos y paramédicos cuidaron cada signo vital del paciente, asegurando su estabilidad.
La importancia de una atención inmediata en casos como este es crucial. Según datos de la Organización Mundial de la Salud, quemaduras que afectan más del 40 por ciento del cuerpo tienen más del 50 por ciento de mortalidad sin atención especializada y rápida.
En el Estado de México, el Grupo Relámpagos realiza más de 350 traslados aeromédicos al año, principalmente para salvar vidas en emergencias como traumatismos, quemaduras y accidentes de alta energía. Un ejemplo más de que en situaciones extremas, la coordinación y tecnología pueden hacer la diferencia entre la vida y la muerte.