Reservas del Banco Central alcanzan niveles similares a 2023 tras retirar el crédito del FMI

Por: Equipo de Redacción | 18/10/2025 08:30

Reservas del Banco Central alcanzan niveles similares a 2023 tras retirar el crédito del FMI

Las reservas internacionales del Banco Central de la República Argentina (BCRA), uno de los principales puntos débiles de la economía actual, continúan en la mira de inversores y analistas. Especial atención reciben las llamadas «reservas internacionales netas» (RIN), cuya meta, acordada entre el Gobierno y el Fondo Monetario Internacional (FMI), fue inicialmente de 2,4 mil millones de dólares, y luego ajustada a 2,6 mil millones en la revisión del acuerdo de abril.

El FMI ya ha perdonado a Argentina un margen de aproximadamente 5 mil millones de dólares en esas metas, y consultoras como Equilibra estiman que el país hoy estaría entre 7 y 8 mil millones de dólares por encima de la meta revisada. Sin embargo, un análisis reciente de la consultora PxQ, liderada por Emanuel Álvarez Agis —quien fue viceministro de Economía durante la gestión de Axel Kicillof—, revela que, si se restan los 14 mil millones de dólares desembolsados por el FMI de las reservas actuales, estas se sitúan en un nivel similar, incluso ligeramente inferior, al que tenían en noviembre de 2023, justo antes de la asunción de Javier Milei como presidente.

En esa fecha, las reservas netas eran negativas en 11.133 millones de dólares, y tras los desembolsos del FMI desde abril, la cifra se ha reducido a negativos en 11.482 millones de dólares. El acuerdo firmado en abril incluyó un desembolso inicial de 12 mil millones de dólares para «sanear» el pasivo del BCRA, asumido por el Tesoro, y otro de 2 mil millones.

Aunque la deuda con el FMI corresponde al Tesoro y no al Banco Central, este último posee la mayor parte de las divisas reales, que ayudan a sostener las políticas de 2023. A ello se suma que, ante vencimientos en dólares y la imposibilidad de refinanciarlos, el Tesoro podría verse obligado a vender dólares provenientes del superávit fiscal acumulado y depositado en el BCRA, cercano a 10 mil millones de dólares.

Varios analistas han criticado al equipo económico por no haber comprado dólares «dentro de la banda cambiaria» durante el período de mayor liquidación agrícola, entre abril y junio, cuando el dólar cotizaba entre 1.100 y 1.300 pesos. En ese momento, el gobierno, incluido el presidente Milei, optó por no adquirir divisas a menos que el precio tocara el piso de la banda, inicialmente en 1.000 pesos y que posteriormente caería en un 1% mensual.

El domingo pasado, en una entrevista con LN+, el ministro de Economía, Sergio Caput, afirmó: «Este es el Gobierno que más dólares compró en la historia, en 20 meses adquirimos USD 29.000 millones... no pudimos conservar la mayor parte de esas reservas porque tuvimos que cancelar deuda». Argumentó que la reestructuración previa del gobierno anterior generó un mayor volumen de cancelaciones en su mandato.

El análisis de PxQ señala que desde el 1 de septiembre al 8 de octubre, el gobierno realizó ventas netas de dólares por aproximadamente 1.873 millones, agotando en parte los efectos de medidas anteriores y ayudas del Tesoro de EEUU, que compró pesos y vendió dólares, además de anunciar un posible canje de USD 20.000 millones, que algunos analistas elevan a 40.000 millones en potencial de ayuda.

El informe también detalla la estrategia del Gobierno para mantener la paridad cambiaria y afrontar futuros vencimientos de deuda en 2026, con compromisos por unos 5.700 millones de dólares a acreedores privados y posibles líneas de crédito de EEUU, en especial si Milei resulta ganador en las elecciones.

Se plantean diferentes escenarios de ayuda por parte del Tesoro de EEUU, incluyendo un posible garante en un canje de deuda, préstamos respaldados por garantías del Tesoro, o programas de recompra de títulos en el mercado secundario similares a intervenciones del BCE en Europa, como ocurrió con Grecia en 2012.

Pese a los antecedentes exitosos de ayuda internacional a otros países, como México en 1995, el economista Paul Krugman ha alertado que la situación argentina es diferente. Argumenta que para que tal ayuda tenga efecto benéfico, Argentina debe tener una política económica responsable y devaluar de forma moderada, algo que, en su opinión, no sucede actualmente. Krugman sostiene que la sobrevaloración del peso y la fuga de capitales, influenciadas por las declaraciones de Donald Trump y las acciones del gobierno estadounidense, pueden acelerar un colapso financiero en Argentina, beneficiando solo a ciertos sectores y allegados al poder.