Montones de basura rodean la estación Observatorio del Tren Interurbano México-Toluca, aún en construcción, y se extienden a terrenos cercanos y parques de la alcaldía Álvaro Obregón en Toluca. Entre los residuos encontrados están restos orgánicos, bolsas plásticas, papeles, latas y envases, que se acumulan en calles y terrenos baldíos, generando un entorno deteriorado con malos olores, perceptible para transeúntes y vecinos.
Estos desechos son arrojados en áreas delimitadas por bardas metálicas, utilizadas como sitios de depósito improvisados, donde viven familias que conviven diariamente con olores nauseabundos y basura en condiciones insalubres. La situación en parques infantiles, donde la basura se acumula en las áreas cercanas a columpios y resbaladillas, representa un riesgo sanitario para niños y visitantes.
Organizaciones ambientales advierten que la acumulación de basura en espacios públicos fomenta la contaminación, la proliferación de enfermedades, afecta la salud pública y degrada visualmente los entornos urbanos. Además, el abandono de residuos puede disminuir el sentido de comunidad, impactar la economía local y dañar la imagen urbana.
La Ley de Cultura Cívica de la Ciudad de México establece sanciones económicas, arrestos o trabajo comunitario para quienes arrojen basura en la vía pública, pero expertos consideran que la solución efectiva requiere promover una cultura de conciencia social. Fomentar hábitos responsables y sostenibles, mediante campañas de educación y vigilancia continua, es esencial para cuidar el medio ambiente y mantener la salud de las comunidades.