¿Alguna vez te has preguntado cómo se puede convertir la protección de los bosques en una fuente de ingresos para las comunidades indígenas y campesinas? La respuesta está en una iniciativa innovadora presentada por el diputado federal Jesús Martín Cuanalo Araujo que podría revolucionar el manejo de los recursos naturales en México.
El 21 de noviembre de 2025 en Toluca, Estado de México, Cuanalo anunció una propuesta histórica: que los proyectos de captura de carbono, junto con los créditos y bonos derivados de estos procesos, tengan una tasa de IVA del cero. ¿Por qué es tan importante esto? Porque reducir los impuestos en estos sectores incentivará a las comunidades forestales, pueblos indígenas y propietarios de recursos a preservar y restaurar los ecosistemas del país.
Actualmente, México cuenta con un amplio potencial: 69 millones de hectáreas arboladas y 138 millones de hectáreas forestales que aún no aprovechamos completamente. La captura de carbono genera ingresos que, en otros países, superan incluso los beneficios del aprovechamiento maderero y superan ampliamente los apoyos gubernamentales destinados a conservación. Sin embargo, por la falta de una regulación fiscal específica, los impuestos desincentivan a las comunidades a aprovechar estos recursos.
Cuanalo explicó que actividades primarias como la agricultura y la silvicultura ya disfrutan de tasa cero en IVA, por lo que resulta lógico aplicar ese mismo trato fiscal a los servicios ambientales, como la captura de carbono. La idea es simple: estos servicios benefician a toda la población y son fundamentales para el equilibrio ecológico, por lo que no deberían ser gravados como actividades comerciales ordinarias.
Pero hay más: la mayoría del territorio forestal mexicano pertenece a ejidos y comunidades indígenas, quienes han sido históricamente los guardianes de los bosques y selvas. Para ellos, esta iniciativa representa una oportunidad única de recibir ingresos dignos por su labor de protección ambiental.
Además, la propuesta contempla extender estos incentivos fiscales a los parques urbanos y bosques en las zonas urbanas, fortaleciendo su conservación frente al crecimiento de las ciudades.
Cuanalo agradeció a sus colegas legisladores que ya se sumaron al respaldo de esta iniciativa, resaltando que cuenta con un apoyo plural que aumenta sus posibilidades de convertirse en ley en el Congreso. Hoy, él se posiciona como una de las voces más activas en la construcción de un modelo de justicia climática, que valore los servicios ambientales y promueva que quienes protegen los recursos naturales del país puedan recibir ingresos dignos y justos por su labor. La pregunta ahora es: ¿estamos preparados para darle un giro definitivo a la protección de nuestros ecosistemas?