¿Alguna vez te has preguntado qué tan lejos puede llegar una disputa por una propiedad sin evidencia legal? La historia de María en Almoloya de Juárez, Edomex, te dejará con esa inquietud.
En este pequeño pueblo, María lleva 13 años enfrentando un durísimo enfrentamiento familiar. Desde hace más de dos décadas, ella ha vivido en la casa construida sobre un terreno que originalmente perteneció a sus abuelos maternos. Gracias a la ayuda de su madre, logró establecerse en ese lugar, crió a sus hijos y construyó su patrimonio.
Pero la paz se tornó en conflicto cuando uno de sus medio hermanos presuntamente robó el documento que acreditaba la propiedad de la casa. Desde entonces, la tensión ha escalado en un capítulo que parece no tener fin: amenazas, agresiones, incluso golpes a su hijo y la expulsión de su madre de la propiedad.
María denuncia que sus medios hermanos quieren apoderarse de todo el terreno y las casas construidas en él, aunque no tienen pruebas legales que avalen su posesión. Mientras tanto, ella ha cumplido con todas sus obligaciones fiscales y de servicios: paga predial y agua a su nombre, y afirma que toda su vivienda es fruto de su esfuerzo y que es el patrimonio de sus hijos.
Pero, ¿qué pasa cuando los papeles no están claros? La señora pide ayuda al fiscal general de justicia del Estado de México, José Luis Cervantes Martínez, exigiendo que reabra el caso, investigue a fondo y evite que su familia continúe con el hostigamiento.
¿Estamos acaso ante un caso de despojo sin base legal? María clama por justicia, pero también por la garantía de que las pruebas, o la falta de ellas, sean la verdadera base para determinar quién realmente habita y posee la propiedad en este territorio de Almoloya.
¿Quieres saber qué puede suceder en un proceso donde la ley no está bien fundamentada? La historia de María invita a reflexionar sobre la importancia de documentar y defender nuestros derechos, antes de que la violencia y la incertidumbre consigan arrebatar lo que por justicia y esfuerzo nos pertenece.
