
El vehículo de exploración de la NASA en Marte, que opera en el cráter Jezero, detectó una roca cubierta de pequeñas esferas que recuerdan huevos de araña. La piedra, bautizada como Bahía de San Pablo, está formada por cientos de minúsculas esferas milimétricas, algunas con formas ovaladas o fragmentadas, y otras con perforaciones diminutas.
La NASA señaló que se trata de una “float rock”, un tipo de roca que fue desplazada desde otra área, ya que presenta un contraste visual notable con el terreno donde fue hallada. Esto sugiere que no se formó en ese sitio, sino que fue transportada por procesos geológicos.
Los científicos de la agencia espacial exploran varias hipótesis sobre su origen. Una propone que estas esferas son concreciones minerales provocadas por la circulación de agua subterránea en la roca. Otra sugiere que estas formaciones pudieron surgir por el enfriamiento rápido de material fundido, posiblemente resultado de una erupción volcánica o la condensación de roca vaporizada por el impacto de un meteorito.
Estas no son las primeras rocas extrañas descubiertas en Marte. En 2004, el rover Opportunity encontró “arándanos marcianos”, y en el canal del cráter Jezero, en Neretva Vallis, se detectaron texturas similares a palomitas de maíz en rocas sedimentarias. Estudios indicaron que esas formaciones se originaron por interacción con agua subterránea en los poros de la roca.
La NASA también explica que otras texturas similares pueden formarse en la Tierra por el enfriamiento rápido de gotas de roca fundida en erupciones volcánicas, o por la condensación de roca vaporizada tras impactos de meteoritos.
¿Podría esta roca misteriosa en Marte revelar secretos sobre la historia de agua y volcánica en el planeta? La comunidad científica sigue investigando estos enigmáticos hallazgos que alimentan las dudas y la curiosidad sobre el pasado de Marte.