París, referente mundial de la moda, evidencia un cambio profundo impulsado por las marcas de lujo para reconquistar su mercado con propuestas más orientadas a lo comercial.
La Semana de la Moda, que presenta las colecciones primavera-verano 2026 en la 'Ciudad de la Luz', se ha convertido en el escenario para el debut de los nuevos directores creativos en firmas icónicas, enfrentando así una prueba crucial.
Uno de los desfiles más criticados fue el de Dario Vitale, quien en marzo de 2025 fue designado por Donatella Versace para revitalizar la marca, preservando el legado de Gianni Versace. Sin embargo, su propuesta fue vista con escepticismo.
Expertos y seguidores señalaron que la colección, que incluyó camisetas, tops sin complicaciones, pantalones de volumen y accesorios de bisutería, no logró captar la esencia que caracteriza a Versace. El diseñador defendió su trabajo, asegurando que busca provocar reacciones con propuestas sencillas.
Por otro lado, Jean Paul Gaultier, el ícono francés que desde 1976 ha desafiado los límites de la moda, presentó su colección para la temporada primavera-verano 2025 tras nombrar a Duran Lantink como su diseñador permanente para prêt-à-porter y alta costura.
Lantink sorprendió con su enfoque audaz, usando técnicas de pintado sobre tela para plasmar cuerpos desnudos en prendas que combinan formas futuristas con volúmenes imponentes y patrones icónicos como las rayas verticales, un sello del diseñador.
La historia de Gaultier continúa consolidándose como símbolo de la moda audaz, fusionando la elegancia francesa con espíritu rebelde, mientras que la llegada de Lantink marca una nueva etapa llena de innovación y provocación.
En esta semana de desfiles, París sigue siendo testigo de cómo las firmas tradicionales buscan equilibrar legado y modernidad, en medio de críticas y elogios que marcarán el rumbo de la moda internacional.
