El estadio BBVA de Monterrey se convirtió en escenario de un significativo reencuentro entre dos íconos del fútbol europeo, Sergio Ramos y Keylor Navas. Ambos excompañeros en el Real Madrid se encontraron en la cancha, ahora en roles de rivales, con Ramos vistiendo la camiseta de Rayados y Navas la de Pumas, durante la jornada 13 de la Liga MX.
El encuentro, que terminó en un empate 1-1, estuvo marcado por la cordialidad y el respeto entre ambos futbolistas. Antes del partido, en la ceremonia de apertura, intercambiaron sonrisas y un abrazo, gestos que rápidamente se hicieron virales en redes sociales, evidenciando la buena relación que aún mantienen tras años compartiendo vestuario en Europa.
Tras la conclusión del juego, Sergio Ramos compartió en su cuenta de Instagram una serie de fotografías y un mensaje dirigido a Navas, en el que expresó su satisfacción por el reencuentro y su motivación de cara a los próximos partidos. "Un empate que no nos deja satisfechos, aunque el equipo ha demostrado coraje y entrega. Contento de volver a marcar en casa. Siempre un placer verte, Mae. Ya pensando en el siguiente partido, a por los tres puntos. ¡Vamos, Rayados!".
La respuesta de Keylor Navas fue rápida y amistosa, también en redes sociales, con un simple "¡Pura vida, hermano! Nos vemos pronto". Este intercambio generó entusiasmo entre los seguidores de ambos futbolistas.
En aspectos deportivos, el partido ofreció intensidad desde el inicio. Pumas abrió el marcador con un tanto de Alan Medina, tras una jugada donde Ramos no pudo despejar un balón en los límites del área, permitiendo que Medina lo burlara y lograra un gol espectacular, incluso con un túnel a Ramos. Sin embargo, poco después, Ramos sufrió una falta dentro del área, y tras la revisión del VAR, el árbitro sancionó penal para Rayados. El capitán español tomó la responsabilidad y anotó con un disparo potente al lado izquierdo, igualando el marcador. Aunque Navas adivinó la trayectoria, no pudo detener el disparo.
Este encuentro y el intercambio amistoso entre Ramos y Navas reflejaron no solo la competitividad en el campo, sino también el respeto y la cercanía que mantienen como excompañeros de élite en el fútbol mundial.