Un sismo de magnitud 4.0 fue registrado en el municipio de La Mira, Michoacán, según informó el Servicio Sismológico Nacional (SSN). El movimiento ocurrió a las 5:14 horas del 21 de octubre, a 66 kilómetros al noroeste de la ciudad, con una profundidad de 44.2 kilómetros, en las coordenadas 18.224° de latitud y -102.919° de longitud.
Hasta el momento, las autoridades no han reportado daños. Sin embargo, se recomienda mantenerse informado a través de canales oficiales ante cualquier actualización o medida adicional.
El SSN advierte que la información preliminar puede ser actualizada, ya que los datos de los sismos a veces se modifican posteriormente. Además, resaltan que actualmente no existe ninguna tecnología que permita predecir con certeza cuándo ocurrirá un terremoto.
México se sitúa en una zona sísmica activa, donde se registran decenas de sismos diarios, aunque la mayoría son de baja magnitud y perceptibles solo con instrumentos.
Un aspecto común en momentos de sismo es la pregunta: "¿Por qué no sonó la alerta sísmica?" La activación de este sistema depende de varios factores. La alerta sísmica funciona a través de una red de 96 sensores distribuidos desde Bahía de Banderas, Jalisco, hasta el Istmo de Tehuantepec, en Oaxaca, incluyendo regiones como el Alto Balsas en Guerrero, sur de Puebla, y la Ciudad de México.
Este sistema detecta movimientos fuertes y emite señales por ondas de radio para alertar a las ciudades cubiertas con minutos de anticipación, aunque la cobertura no es total. Es importante señalar que si un sismo tiene epicentro fuera de estas zonas, el sistema no puede alertar, y si el epicentro es cercano, las ondas llegarán antes o simultáneamente a la alerta.
El Centro de Instrumentación y Registro Sísmico (Cires) opera y mantiene este sistema de alerta.
México enfrenta un riesgo constante de sismos de gran magnitud, como los ocurridos en 1985 y 2017. Sin embargo, el sismo más fuerte registrado en la historia del país fue en 1787, con una magnitud de 8.6 en la costa de Oaxaca, que también generó un tsunami que alcanzó 6 kilómetros tierra adentro.
Un estudio del Cires en 2009 indica que futuros terremotos de magnitud 8.6 o mayores podrían ocurrir en las costas mexicanas y centroamericanas en los próximos años, debido a la acumulación de energía en la Brecha de Guerrero.
Recordamos que los sismos de 1985 y 2017 alarmaron a toda la población, mostrando la vulnerabilidad de las grandes ciudades mexicanas ante fenómenos naturales de esta magnitud. La preparación y el conocimiento sobre la actividad sísmica son cruciales para reducir riesgos y salvar vidas.