La Ciudad de México distribuye diariamente aproximadamente 2,295 millones de litros de agua, según datos de la Secretaría de Medio Ambiente capitalina. De esa cantidad, más del 49% proviene de acuíferos, fuente crucial que se recarga a través de la infiltración en zonas como el Bosque de Agua, entre el Estado de México y la capital.
El resto del suministro se obtiene mediante sistemas hidráulicos, entre ellos Cutzamala, Lerma, Chalmita, Chiconautla, manantiales y la planta La Caldera. Actualmente, el Sistema Cutzamala aporta 388 millones de litros diarios al Valle de México. Este sistema consiste en siete presas que recorren 130 kilómetros desde Michoacán, pasando por el Estado de México, hasta la Ciudad de México.
La infraestructura del Cutzamala es una de las más complejas del país, involucrando presas, plantas de bombeo y acueductos operados las 24 horas. Autoridades mexiquenses y de la Ciudad de México están considerando una nueva estrategia hídrica para potencialmente incrementar el suministro, aprovechando la recuperación de niveles en las presas El Bosque, Miguel Alemán y Villa Victoria, estas últimas en territorio mexiquense.
El Organismo de Cuenca Aguas del Valle de México informó que el sistema superó las expectativas de recuperación: a finales de la temporada de lluvias, alcanzó un nivel de llenado del 92.52%, equivalente a 723.9 millones de metros cúbicos, el más alto en siete años. En 2023, uno de los años más críticos, el almacenamiento cayó a solo 38.73% con 303 millones de metros cúbicos.
Por otro lado, el Sistema Lerma suministra 422 millones de litros diarios. Está compuesto por 397 pozos, un acueducto de 257 kilómetros, 100 kilómetros de interconexiones y el Túnel Atarasquillo, de 14 kilómetros, que conecta los valles de Toluca y México. La operación subterránea permite extraer y conducir agua desde la región del Lerma, integrándose con otras fuentes superficiales.
En conjunto, los sistemas Cutzamala y Lerma aportan más de 800 millones de litros de agua al día, una cantidad fundamental para sostener el consumo doméstico e industrial en la metrópoli.