El miércoles, Israel llevó a cabo un ataque contra el cuartel general del ejército sirio en Damasco, en respuesta a amenazas de intensificar sus bombardeos en el sur del país si las fuerzas gubernamentales no se retiran de Sweida, una ciudad de mayoría drusa en el sur de Siria que ha sido escenario de violencia desde hace varios días. Desde el domingo, enfrentamientos entre combatientes drusos y tribus beduinas sunitas han causado la muerte de casi 250 personas, según el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH). La violencia se desencadenó tras el secuestro de un comerciante druso, lo que generó una serie de raptos en represalia, además de denuncias de abusos por parte de las autoridades, incluyendo ejecuciones sumarias y saqueos, en un intento por apaciguar los conflictos en Sweida. La situación se agravó con la intervención del ejército sirio, desplegado en la ciudad desde el martes, en medio de la acusación de violaciones graves a los derechos humanos. La mayoría de las muertes corresponden a combatientes de ambos bandos y 28 civiles drusos, de los cuales, 21, murieron ejecutados de forma sumaria. La presidencia siria prometió investigar estos incidentes y sancionar a los responsables. Paralelamente, Israel, que ocupa y ha anexado parte de los Altos del Golán donde reside una significativa población drusa, ha reiterado su postura de no permitir presencia militar en la región cercana a su frontera y ha amenazado con incrementar los bombardeos si las fuerzas sirias no se retiran del área. En respuesta a estas amenazas, el ejército israelí anunció haber atacado en Damasco, afectando aproximadamente la entrada del cuartel general del ejército sirio, y dejando dos heridos, según la televisión estatal siria. La comunidad internacional, a través de la Unión Europea y Francia, ha hecho un llamado al respeto de la soberanía siria y a la protección de los civiles, mientras la minoría drusa en Oriente Medio, presente en Líbano, el Golán ocupado y Siria, intenta afrontar esta escalada de violencia en un contexto de casi 14 años de guerra civil. Desde Sweida, donde un alto el fuego declarado el martes no fue respetado, se reportan disparos intermitentes y humo en varios barrios, con testimonios de residentes que temen por sus vidas. La tensión ha alcanzado también a líderes religiosos drusos, como Hikmat al Hejri, quien hizo un llamamiento a figuras internacionales como Donald Trump y Benjamin Netanyahu para salvar a Sweida, denunciando el exterminio y la ejecución a sangre fría de su pueblo.
