El presidente de Colombia, Gustavo Petro, acusó a Estados Unidos de asesinato tras la muerte de un pescador en un ataque en el Caribe la semana pasada. En respuesta, el expresidente y actual dirigente político de Estados Unidos, Donald Trump, criticó a Petro en redes sociales, acusándolo de no actuar contra la producción de drogas ilegales y advirtiendo sobre posibles sanciones o suspensiones de pagos y subvenciones.
Trump calificó a Petro como 'mal valorado y muy impopular', y le exigió cerrar 'los campos de exterminio', amenazando con cerrar esas instalaciones de manera coercitiva. Este intercambio ocurrió justo después de que Petro acusara a Estados Unidos de matar al pescador Alejandro Carranza, de 40 años y residente en Santa Marta, quien, según denuncia, fue víctima de un ataque estadounidense en aguas cercanas a Colombia en respuesta a una señal de socorro que su embarcación envió tras sufrir daños.
El episodio es parte de una serie de acciones militares en la región, donde Estados Unidos ha llevado a cabo ataques en embarcaciones sospechosas de transportar drogas. Sin embargo, el gobierno estadounidense no ha presentado pruebas concluyentes que respalden las acusaciones de relación con narcotráfico, limitándose a evaluaciones de inteligencia y videos desclasificados de ciertos ataques.
Petro señaló que Carranza era un pescador de toda la vida cuyo barco, probablemente en aguas colombianas, sufrió daños y quedó a la deriva en el momento del ataque, calificándolo como un 'asesinato y violación de nuestra soberanía en aguas territoriales'. Además, solicitó a la fiscalía colombiana que apoye a la familia de Carranza para presentar demandas contra EE. UU.
Otros incidentes similares también afectaron a ciudadanos de la región, como Jeison Obando Pérez, de 34 años, quien fue alcanzado por un sexto ataque aéreo estadounidense en el Caribe. Obando fue rescatado, tratado en un buque militar y repatriado a Colombia, donde fue hospitalizado con traumatismo cerebral y actualmente es considerado un detenido por cargos de tráfico de drogas. Un compatriota de Ecuador también sobrevivió a otro ataque reciente.
Este aumento en la tensión refleja la complejidad de la lucha antidrogas en el Caribe y el impacto en las relaciones diplomáticas entre Colombia, Estados Unidos y otros países de la región. La polémica continúa a medida que ambos gobiernos intercambian acusaciones en un escenario cada vez más hostil.