
Con capacidad para hasta diez pasajeros, las lanchas recorren las aguas residuales del río Lerma que alimenta la presa, un cruce que conecta la primera y segunda sección de Tlachaloya, comunidades separadas por el río. Según Samuel, uno de los lancheros, 'De un lado está Tlachaloya primera sección y del otro la segunda; son los vecinos quienes usan las lanchas para cruzar'.
El costo por cada viaje es de 10 pesos por persona, tarifa que los operadores aseguran cubrir los gastos de gasolina, mantenimiento y sustento, como explica José, uno de los lancheros: 'De aquí uno saca para la comida, la leche, las tortillas… lo necesario para comer'.
El Sol de Toluca realizó el recorrido que realizan los locales. Para los visitantes, subir a la lancha por primera vez puede ser sorprendente, ya que aunque el bote está bien sujetado, el movimiento al subir genera cierta impresión.
El trayecto dura aproximadamente cinco minutos, durante los cuales los pasajeros disfrutan de la vista de la presa, que actualmente supera el 100% de su capacidad, según la Comisión Nacional del Agua (Conagua). La imagen del espejo de agua rodeado de vegetación ofrece un respiro visual, aunque se ve afectada por residuos flotantes y un olor desagradable.
El color del agua, entre café y verde, impide ver el fondo o presumir de fauna en el embalse, pero los habitantes mantienen su aprecio por el entorno, símbolo de su comunidad.
Para los lancheros, su labor representa orgullo y tradición en la región, siendo de las pocas comunidades que aún utilizan este método de transporte en el Valle de Toluca. Saúl, conductor de lancha, afirma: 'Quizá a algunos les sorprenda o les dé igual, pero para nosotros es importante y debemos sentirnos orgullosos de nuestro trabajo porque ayudamos mucho a la comunidad'.
El servicio de lanchas es temporal y opera principalmente entre agosto y octubre, pudiendo extenderse hasta diciembre en temporada de lluvias. En los meses secos, el nivel de la presa disminuye tanto que incluso automóviles cruzan por un puente sumergido. Saúl explica: 'Ese puente que se ve ahorita está bajo el agua, pero cuando baja el nivel pasan los carros. Nosotros solo trabajamos cuando la laguna está crecida y no hay otra forma de cruzar'.
El beneficio principal es el tiempo: un viaje en lancha toma cinco minutos, mientras que por tierra puede tardar más de una hora. Los días más concurridos son jueves y viernes, en los que se realizan mercados en Tlachaloya y Palmillas; en esas fechas, las lanchas se llenan de mujeres con bolsas de mandado o ropa para vender.
La presa Antonio Alzate, ubicada entre Temoaya, Almoloya de Juárez y Toluca, alberga una de las costumbres más emblemáticas del norte del Valle de Toluca: el cruce en lancha de sus habitantes, símbolo de resistencia, identidad y vida cotidiana en medio del líquido del Lerma.