El tocho bandera se ha consolidado en México no solo como una alternativa recreativa, sino como un espacio de liderazgo y desarrollo para las mujeres. Desde sus inicios como una variante sin contacto del fútbol americano, hoy es un deporte reconocido internacionalmente, con aspiraciones olímpicas y protagonistas mexicanas que rompen paradigmas.
Topacio Daniela Conde Ávila, entrenadora de la Universidad Autónoma del Estado de México (UAEMex) y coordinadora ofensiva de la selección nacional campeona en los Juegos Mundiales de China, destaca que el flag football ha sido un escenario donde las mujeres han destacado y demostrado liderazgo. Para ella, el deporte funciona como un potente vehículo de empoderamiento, visibilizando las capacidades femeninas en una disciplina que ha crecido en popularidad y reconocimiento.
Este deporte, que reemplaza el contacto físico por la estrategia y velocidad, promueve la inclusión y reduce riesgos de lesión, permitiendo que cualquier persona, sin importar edad, género o complexión, pueda participar. Con equipos de 5 a 7 jugadores en el campo, la dinámica imita al fútbol americano en ataque, pero en defensa se remueve la tacleada tradicional, en su lugar, la retirada de banderas sujetas a la cintura del adversario.
Ávila señala que hace una década, muchas niñas no tenían dónde jugar, pero ahora existen múltiples espacios, desde instituciones universitarias hasta clubes y parques como el Metropolitano de Toluca. Además, afirma que el éxito y liderazgo de las mujeres en este deporte demuestran que la disciplina vence al talento y que, en el flag football, las capacidades y la estrategia pesan más que la fuerza física.
Para la entrenadora, el deporte ha permitido demostrar que las mujeres pueden liderar equipos, incluso los tradicionalmente dominados por varones, y que en categorías recreativas también puede jugarse de manera mixta, fomentando la igualdad. Con la vista puesta en el Mundial de Alemania 2026, y en la posible inclusión del deporte en Juegos Olímpicos, Ávila sueña con que México consigan una medalla histórica en la rama femenil.
El Estado de México es un semillero de talento y liderazgo en el flag football, con equipos y academias como Osos IPEFH, Valkirias, Titanes Metepec, entre otros, que continuamente impulsan el crecimiento del deporte. La figura de Ávila, quien empezó como asistente técnica en 2017 y hoy lidera a la selección nacional logrando medallas en competencias internacionales, ejemplifica cómo el tocho bandera se ha convertido en un potente catalizador del empoderamiento femenino.
Su historia —de superar barreras, demostrar talentos y convertir la pasión en profesión— inspira a muchas niñas y jóvenes a apropiarse del campo y a creer en sus capacidades. Para ella, más allá de las medallas, la verdadera trascendencia está en demostrar que liderazgo, disciplina y pasión son universales y que cada vez más mujeres se acercan a este deporte, transformando así la cultura deportiva en México.
Nombres como Diana Flores, embajadora internacional del deporte, y Silvia Contreras, doble campeona mundial, son referentes imprescindibles. En el Estado de México, figuras como Andrea Petrone, rusher destacada y mentora de nuevas generaciones, también representan el avance de una disciplina donde las mujeres demuestran que el talento y el liderazgo no tienen género.