Toluca: el costo oculto de la congestión que vuelve más lenta y cara la vida en el Valle de Toluca

Por: Equipo de Redacción | 29/09/2025 07:30

Toluca: el costo oculto de la congestión que vuelve más lenta y cara la vida en el Valle de Toluca

En el Valle de Toluca, los desplazamientos cotidianos han dejado de ser simples molestias para convertirse en una carga que afecta la salud, economía y calidad de vida de sus habitantes. Lo que antes eran recorridos de aproximadamente 30 minutos ahora pueden extenderse hasta el doble, según reportes de usuarios en vías principales como Paseo Tollocan, Alfredo del Mazo y López Mateos. La saturación vehicular, los baches y la deficiente infraestructura de transporte público están en el centro de una problemática que impacta directamente en la salud y el bienestar de miles.

El crecimiento urbano en la zona ha sido exponencial. El Programa Nacional de Desarrollo Urbano (PNDU) indica que la mancha urbana en Toluca creció 26.9 veces en las últimas décadas, mientras que la población solo aumentó en cuatro veces. Actualmente, el suelo urbano ocupa 175.84 km² para una población de aproximadamente 910 mil habitantes, con una densidad de 5,177 habitantes por km², mucho menor que la del Valle de México, lo que evidencia una expansión urbana descontrolada.

La última medición oficial sobre tiempos de traslado publicado en 2019 por el Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO) reportó que cada habitante del Valle de Toluca perdía en promedio 116 horas al año en el tráfico, equivalente a casi cinco días completos. Desde entonces, no se han publicado datos oficiales similares, pero las estimaciones y percepción ciudadana indican que los desplazamientos han empeorado.

Dante Álvarez Jiménez, activista y representante de colectivos ciudadanos por la movilidad, señala que el problema radica en la dependencia excesiva del automóvil. La proliferación de vehículos privados ocupa más de doce metros cuadrados por coche, muchas veces con uno o dos pasajeros, y se ha visto agravada por la precarización del transporte público desde hace cuatro décadas. Esto ha llevado a que más personas compren autos, incrementando el congestionamiento y los tiempos de traslado.

Para ilustrar, un trayecto de San Pablo Autopan al centro, que en automóvil puede tardar entre 50 y 70 minutos en hora pico, en transporte público puede extenderse hasta dos horas. Similar situación enfrenta el Paseo Tollocan, donde un recorrido en coche de 35 a 50 minutos puede tomar hora y media en autobús. Rogelia, usuaria del transporte público, relata que realiza un viaje de dos horas en total, incrementado con manifestaciones o bloqueos en las vías.

Este fenómeno no solo afecta el tiempo, sino también la salud y economía de los habitantes. El tiempo prolongado en transitando en coche incrementa riesgos de enfermedades crónicas, además de generar gastos por la adquisición y mantenimiento de autos. La contaminación y los accidentes viales también representan costos sociales y médicos.

Además, la infraestructura vial y el mantenimiento de la vía pública contribuyen a la congestión. Álvarez explica que en condiciones de lluvia, el colapso se acentúa en toda la ciudad, y los baches retrasan aún más los desplazamientos, impactando casi todos los corredores principales.

Las respuestas gubernamentales, como la construcción de distribuidoras viales y pasos a desnivel, han sido criticadas por su ineficacia y por potencialmente incrementar el problema, promoviendo una mayor mancha urbana y más tráfico induceido. En cambio, el especialista propone invertir en un transporte público digno y promover modelos urbanos como la ‘ciudad de quince minutos’ para reducir los desplazamientos motorizados.

Las estimaciones en aplicaciones de tráfico muestran que un recorrido en Paseo Tollocan, desde el bajo puente de Colón a la salida México-Toluca, puede tomar entre 15 y 20 minutos en condiciones normales, pero hasta 50 minutos en hora pico. Similar variación se observa en otros principales corredores, donde la congestión aumenta los tiempos sustancialmente, en ocasiones triplicando los minutos en condiciones normales.

En conclusión, la movilidad en Toluca ha dejado de ser un asunto de paciencia para convertirse en un problema estructural que afecta la economía familiar, genera problemas de salud y deteriora la calidad de vida de cientos de miles. Urge una revisión profunda de las políticas urbanas y de movilidad para garantizar un desarrollo más sustentable y humano.