
Este domingo, el Parque Metropolitano Bicentenario en Toluca se convirtió en un escenario de encuentro entre productores y consumidores locales durante el evento ‘Mercadito Verde’, una iniciativa de la Secretaría del Medio Ambiente del Estado de México. Este mercado busca promover un consumo justo, ecológico y sustentable.
Desde temprana hora, decenas de comerciantes instalaron sus carpas para ofrecer productos orgánicos, artesanales y libres de químicos, creando un ambiente que combina comercio sustentable con actividades familiares al aire libre.
El ‘Mercadito Verde’, que se realiza el último domingo de cada mes, congrega a aproximadamente 70 productores mexiquenses que venden desde alimentos preparados, postres y quesos, hasta cosméticos, productos de limpieza ecológicos y helados a base de hongos.
Uno de sus principales objetivos es eliminar intermediarios, fortaleciendo el contacto directo entre productores y consumidores. Una de las participantes explicó: “Lo que buscamos es que las personas conozcan lo que hacemos y nos compren directamente. Así nos pagan lo justo y a ellos les sale más barato”.
Según la Secretaría del Medio Ambiente, los espacios en el parque son gratuitos, lo que ayuda a los emprendedores a ofrecer precios accesibles sin costos de renta o local.
‘Dado que no nos cobran, tratamos de mantener precios económicos sin sacrificar calidad’, comentó una artesana que elabora jabones y cremas naturales.
La elección del Parque Bicentenario como sede responde a su alta afluencia dominical, permitiendo mayor visibilidad a los pequeños productores y atrayendo a familias interesadas en productos alternativos y responsables.
Además de la venta, el ‘Mercadito Verde’ fomenta la educación ambiental. Entre las carpas, se realizan exposiciones sobre flora, fauna, conservación de ecosistemas y conversaciones sobre prácticas sostenibles, reciclaje, agricultura orgánica y reducción de plásticos.
‘No solo vendemos, también compartimos ideas para cuidar el medio ambiente. Queremos que las personas participen en prácticas nuevas además de adquirir un producto’, señaló una emprendedora.
La jornada termina alrededor de las 5:00 p.m., dependiendo del clima. Para los participantes, el evento representa una oportunidad para aumentar su visibilidad, vender sus productos y conectar con una comunidad cada vez más interesada en el consumo responsable y consciente.