CHALCO, Estado de México, 14 de agosto de 2025.- A tres días del fallecimiento de la menor Dulce, el caso continúa sin avances ni detenidos, evidenciando la cruda realidad de inseguridad y negligencia por parte de las autoridades locales y la Fiscalía General de Justicia del Estado de México (FGJEM).
Se sabe que Dulce fue asesinada en un ataque relacionado con deudas que su madre mantenía con narcomenudistas, una situación que refleja la grave problemática de violencia y violencia feminicida en la región.
La omisión de las autoridades municipales ha sido duramente criticada. Vecinos y familiares han denunciado que la presidenta municipal, Xóchitl Flores, no ha tomado acciones concretas: no ha encabezado operativos, ni se ha reunido con las víctimas, dejando a la comunidad en total vulnerabilidad. La falta de respuestas oficiales evidencia la incapacidad del gobierno local para garantizar la seguridad ciudadana.
Organizaciones civiles y colectivos feministas señalan que este feminicidio es consecuencia de años de corrupción, negligencia y el desprecio hacia la violencia contra las mujeres y niñas. Además, califican como una muestra de grave negligencia la inacción de las autoridades ante este crimen.
Hasta el momento, no hay líneas de investigación claras ni detenidos, y la fiscalía no ha proporcionado información concreta sobre los avances, reflejando una seria incapacidad para atender crímenes de alto impacto y proteger a las víctimas más vulnerables.
Los datos oficiales aumentan la preocupación social: en 2024, el Estado de México registró más de 110 feminicidios y numerosas desapariciones sin resolverse, cifras que posicionan a la entidad a la cabeza en el país en estos delitos.
De acuerdo con Omar García Harfuch, los agresores irrumpieron en la domicilio en busca de la pareja de Dulce, vinculada presuntamente con actividades relacionadas con drogas. La menor fue asesinada en medio de este ataque, incrementando la indignación y temor en la comunidad.
En redes sociales, el hashtag #JusticiaParaDulce se ha viralizado, exigiendo la captura de los responsables, la destitución de Xóchitl Flores y una depuración de la policía local.
Mientras el gobierno permanece inactivo, la comunidad expresa su miedo y su deseo de justicia. Madres y vecinos advierten que no permitirán que Dulce sea solo una cifra más y prometen salir a las calles hasta que se haga justicia y se rompa el cycle de impunidad que azota a Chalco.
