
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ordenó el jueves a las universidades divulgar datos raciales de los solicitantes, con el objetivo de demostrar la imparcialidad en sus procesos de admisión. La medida llega tras la decisión de la Corte Suprema, en una resolución de 2023 con mayoría conservadora, que declaró inconstitucionales los programas de "discriminación positiva" que consideraban el color de piel o la etnia en la selección de estudiantes universitarios.
No obstante, la corte permitió a las instituciones educativas utilizar declaraciones personales relacionadas con experiencias raciales en sus decisiones de admisión. En un memorando, Trump criticó la falta de datos disponibles y el uso excesivo de dichas declaraciones, además de otros indicadores encubiertos.
Desde su regreso a la Casa Blanca en enero, el mandatario ha lanzado una campaña contra las universidades estadounidenses, acusándolas de fomentar ideologías anticonservadoras, antisemitismo y el concepto peyorativo de "wokismo", que hace referencia a la defensa de los derechos de las minorías.
El decreto del jueves solicita que las universidades reporten a través del Centro Nacional de Estadísticas de Educación información adicional sobre sus procesos de admisión, con el fin de promover una mayor transparencia. Como parte de su política para influir en la educación superior, la administración de Trump ha utilizado fondos federales para presionar a instituciones consideradas demasiado progresistas, exigiendo cambios en currículos, tarifas y otros aspectos.
Asimismo, ha reducido o suspendido financiamiento a investigaciones universitarias como parte de un plan de recortes presupuestarios más amplio.
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