El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, visitó este viernes la región de Texas afectada por las fuertes inundaciones de la semana pasada, que han causado al menos 120 muertes y más de cien personas desaparecidas.
Durante una mesa redonda con el gobernador de Texas, Greg Abbott, Trump expresó su conmoción: “Nunca había visto algo así. (...) He enfrentado huracanes y tornados, pero esto es algo distinto. Es algo terrible”.
La visita de Trump y su esposa Melania fue de unas horas, casi una semana después de la tragedia, en medio de la búsqueda activa de más de 170 personas reportadas como desaparecidas.
Las lluvias torrenciales iniciaron el 4 de julio en el centro de Texas, provocando inundaciones repentinas en plena noche, afectando a numerosos habitantes que dormían en ese momento.
El condado de Kerr fue el más afectado, registrando 96 víctimas mortales, entre ellas 36 niños. Trump anunció a los periodistas antes de partir de la Casa Blanca: “Vamos a estar con algunas de las familias” afectadas. Añadió que lo ocurrido representa “algo horrible”.
Una tragedia particularmente impactante fue la de un campamento de verano cristiano para niñas en Hunt, a orillas del río Guadalupe, donde murieron 27 niños y monitores, pagando un alto precio en esta emergencia.