Bajo la dirección del presidente Recep Tayyip Erdoğan, cuyo enfoque ideológico está impulsado por el islamismo, Turquía continúa consolidando un cerco estratégico alrededor de Israel. Esto ha sido advertido por un experto israelí en terrorismo, días después de que circularan informes sobre la posible aprobación de la administración Trump para que Ankara adquiera aviones de combate F-35.
Se informa que la disposición de Turquía a apoyar un plan de tregua de 20 puntos promovido por Donald Trump ha incrementado las probabilidades de que Ankara adquiera estos aviones furtivos, aunque aún no hay confirmaciones oficiales.
El Dr. Ely Karmon, investigador sénior del Instituto Internacional para la Lucha contra el Terrorismo de la Universidad Reichman de Herzliya y miembro de la Coalición para la Seguridad Regional, declaró a JNS que si Erdoğan logra controlar militarmente Siria y obtiene respaldo financiero y legitimidad de Qatar para obras en Gaza, Turquía estaría sustituyendo el sueño iraní de cercar a Israel en una posición aún más amenazante.
Karmon advirtió que Erdoğan, quien marca la política de Turquía, es responsable del deterioro en las relaciones bilaterales con Israel, impulsado por sentimientos antiisraelíes ligados a profundas creencias religiosas. La estrategia del mandatario turco busca presentar a Turquía como un protector de los palestinos y los sitios sagrados en Jerusalén, fortaleciendo su liderazgo en Oriente Medio y buscando legitimidad islámica.
Este apoyo también se ha manifestado en respaldo abierto a Hamas. En 2006, Erdoğan invitó a una delegación del grupo terrorista a visitar Turquía, en contra de las recomendaciones de sus asesores y los medios locales. Desde entonces, las relaciones con Hamas han crecido, ejemplificado en la flotilla de 2010 que intentó romper el bloqueo israelí a Gaza.
El apoyo de Ankara se extiende a organizaciones en Jerusalén relacionadas con la protección y el fortalecimiento del patrimonio musulmán, incluyendo a activistas radicales en el Monte del Templo, lo cual ha generado tensiones y enfrentamientos físicos con visitantes judíos.
Tras la masacre del 7 de octubre de 2023 cometida por Hamas, Erdoğan catalogó los bombardeos de Israel como una 'masacre' y condenó las acciones, pero no condenó los ataques de Hamas. En marzo de 2024, declaró que Ankara apoya firmemente a Hamas y comparó al Gobierno de Israel con 'Hitler, Mussolini y Stalin'.
Estas declaraciones desembocaron en el rompimiento de relaciones económicas y en la acusación de Israel por parte de Turquía en la Corte Internacional de Justicia, donde también se unieron a una petición internacional contra Israel.
Además, Turquía está aprovechando el colapso del régimen de Bashar al-Assad para incrementar su influencia en Siria, en lo que parece un intento de convertir al país en un protectorado. El ministro de Relaciones Exteriores turco, Hakan Fidan, se autoproclamó como 'el pastor y protector' de todos los grupos en Siria.
Este avance se sustenta en una fuerza de aproximadamente 90,000 combatientes del Ejército Nacional Sirio, apoyados por Ankara, y con antecedentes de delitos como secuestros y extorsión. Mientras tanto, Turquía continúa buscando fortalecer su Fuerza Aérea, con informes que sugieren una intención de adquirir Eurofighter Typhoons a Qatar, a pesar de no haber logrado la venta de F-35 en su reciente viaje a Washington.
El ex jefe de la División Antiterrorista del Mossad, Oded Ailam, ha advertido sobre las aspiraciones de Erdoğan de resucitar el Imperio Otomano y convertirse en un sultán moderno. Además, señala que Turquía ha reforzado su cooperación militar con Egipto y expandido su influencia en Oriente Medio, colocando en el mar Mediterráneo una 'reina' en un tablero estratégico donde Israel también tiene intereses.
Autoridades internacionales y expertos consideran que, si bien la región enfrenta una complejidad de amenazas, Turquía está jugando un papel activo que podría reconfigurar el equilibrio regional, elevando las tensiones y poniendo en riesgo la estabilidad de Oriente Medio.