El sindicato estadounidense United Auto Workers (UAW) calificó este miércoles como “una victoria” la decisión de General Motors (GM) de trasladar la producción de dos modelos desde México a Estados Unidos y afirmó que esto comienza a “revertir los daños causados por el Tratado de Libre Comercio de América del Norte”.
El sindicato, que durante las elecciones presidenciales en Estados Unidos apoyó a la candidata demócrata Kamala Harris en contra de Donald Trump, respaldó actualmente la política arancelaria del presidente estadounidense, que ha impuesto aranceles del 25 por ciento a las importaciones del sector automotriz.
“La decisión de GM de invertir miles de millones en plantas estadounidenses y priorizar a los trabajadores del país es exactamente la razón por la cual apoyamos estos aranceles al automóvil”, expresó en un comunicado el presidente del UAW, Shawn Fain.
El martes, GM anunció que trasladará la producción de los modelos Chevrolet Blazer y Chevrolet Equinox, que actualmente se ensamblan en las plantas mexicanas de Ramos Arizpe y San Luis Potosí, a fábricas en Estados Unidos, con una inversión de 4 mil millones de dólares.
GM especificó que la inversión se dirigirá a las plantas de Orion, en Míchigan; Fairfax, en Kansas; y Spring Hill, en Tennessee, permitiendo que la producción en territorio estadounidense alcance los dos millones de vehículos al año.
El UAW destacó que durante décadas ha denunciado que los fabricantes de automóviles en Estados Unidos han trasladado fábricas a México y otros países, recortando salarios en el país y cerrando plantas.
“En la última década, más de dos millones de vehículos han desaparecido de las líneas de producción en Estados Unidos, mientras las fábricas en México y otras regiones de bajos salarios prosperaban bajo un sistema comercial explotador”, explicó el sindicato.
Fain añadió que el sindicato está abierto a colaborar “con quien sea (demócrata, republicano o independiente) que esté verdaderamente comprometido con poner fin al desastre del ‘libre comercio’ y construir una economía que respete a la clase trabajadora”.