La presa El Ángulo, en el Valle de México, se encuentra al 95% de su capacidad, con un nivel de 4.70 metros, lo que ha llevado a realizar desfogues controlados para prevenir desbordamientos. Sin embargo, residentes de comunidades como Niños Héroes, Ejidal San Isidro y Valle San Lucas alertaron que las lluvias del 3 de junio provocaron que estas acciones inundaran calles y viviendas.
El alcalde de Atizapán de Zaragoza, Daniel Serrano Palacios, confirmó que la única solución efectiva para evitar futuros desbordamientos es la conexión del Colector Quetzal con el Túnel Emisor Poniente (TEP). Este proyecto hidráulico, considerado clave, resolvería las afectaciones recurrentes en la presa.
Serrano explicó que en una mesa de trabajo con autoridades estatales y alcaldes de municipios vecinos, coincidieron en que la intervención más urgente es la obra del Colector Quetzal, estimada en una inversión de entre 150 y 170 millones de pesos. De este monto, 60 millones serían aportados por Atizapán y Cuautitlán Izcalli, mientras que el resto se buscaría captar a través del Gobierno del Estado de México y la Federación, dada la prioridad de atender esta problemática antes de que se registren contingencias mayores.
Durante la reunión, participó la Oficial Mayor del Estado de México, Trinidad Franco Arpero, y los alcaldes Raciel Pérez Cruz de Tlalnepantla y Pedro Rodríguez de Atizapán. Además, se destacó la necesidad de reforzar puntos críticos en la autopista México–Querétaro en San Sebastián Xhala y Perinorte, donde se requiere infraestructura adicional para facilitar el desalojo pluvial.
Por otro lado, el alcalde informó que, en conjunto con Atizapán y Nicolás Romero, ya se retiraron más de 20 mil metros cúbicos de azolve en la presa. También se evalúa la instalación de un campamento de Protección Civil cerca del embalse, con conexión directa a la Comisión del Agua del Estado de México (CAEM), para responder rápidamente ante cualquier incidente.
Finalmente, Serrano destacó que durante la reunión, la Oficial Mayor estatal reiteró el compromiso del gobierno mexiquense de intervenir con recursos y maquinaria para coordinar acciones preventivas que minimicen los efectos de las lluvias en la región.