El paraje Cerro Lobos, en la comunidad de Santa Cruz Ayotuxco, Huixquilucan, enfrenta una crisis grave de deforestación y violencia. Desde hace más de un año, los habitantes denuncian tala clandestina sistemática y la ocupación ilegal de al menos 165 personas, sin que las autoridades hayan logrado detener estos actos.
Durante una visita de El Sol de Toluca, vecinos señalaron que ya presentan una demanda ante el Tribunal Unitario Agrario contra Pedro, un hombre presuntamente líder de la invasión y explotación del bosque desde hace más de ocho años. Se autonombró presidente de un supuesto Comité de Trabajo, pero no ha rendido cuentas ni permitido vigilancia, además de haber colocado una reja para impedir el paso y cercar unas ocho hectáreas, siempre vigiladas, con presencia incluso de personas armadas.
Las imágenes satelitales muestran un avance alarmante en la deforestación en el centro del bosque, que ya carece de árboles. Aunque existe una denuncia formal ante la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa), aún no hay resultados visibles.
Los vecinos han denunciado también que Pedro quemó una cabaña hace unos días y anda armado con una metralleta, lo que ha generado temor entre la comunidad, que ha decidido desconocerlo como líder y señala que su actitud se ha vuelto violenta y agresiva. Debido a esto, el acceso al paraje está restringido solo a personas de confianza, incluso impidieron la entrada a un perito del Tribunal Agrario tras cambiar los candados.
La alcaldesa de Huixquilucan, Romina Contreras, admitió que enfrentan una problemática de tala clandestina en áreas bajo jurisdicción federal y, aunque han presentado denuncias, su municipio no tiene facultades legales para intervenir directamente. La edil también reconoció que estos actos están relacionados con asentamientos irregulares, donde los invasores limpian el bosque para fraccionar terrenos y entregarlos ilegalmente.
Los habitantes explicaron que decidieron alejarse de Pedro tras una serie de comportamientos violentos, y que en la zona comunal, muchas personas dependen de las cabañas construidas por él, que además les suministra luz y agua de manera irregular. Sin embargo, recalcan que el terreno les pertenece a todos y exigen una intervención inmediata.
Subrayan que las autoridades, incluso de los tribunales, han restringido el acceso a Cerro Lobos, y que recientes incendios, en plena temporada de lluvias, aumentan las sospechas de actos deliberados para destruir el bosque.
Finalmente, los vecinos expresaron su temor por la seguridad y el futuro de sus hijos, y solicitaron al gobierno federal que actúe de inmediato para detener la destrucción del ecosistema y la ola de violencia en Cerro Lobos.