En el conjunto habitacional Rancho San Dimas, en San Antonio la Isla, Estado de México, las comunidades viven entre charcos de aguas negras debido a fallas en el sistema de drenaje que no han sido atendidas desde hace años. Los residentes explican que las lluvias incrementan los encharcamientos, provocando que los charcos se vuelvan más extensos y profundos. Enrique, vecino de la zona, comentó: "Aquí el drenaje está mal y por eso se hacen tantos charcos; con tanta lluvia se hacen más grandes".
El agua acumulada bloquea un carril completo en las vialidades, dificultando el paso de peatones, motociclistas y automovilistas, quienes optan por rutas alternas para evitar riesgos. Un ciclista expresó: "Mejor nos vamos por acá, porque por ahí nomás es arriesgarse". La problemática no se limita a las calles, pues las aguas negras también invaden las entradas principales de las viviendas, superando los 20 centímetros de altura, lo que complica el acceso a los hogares.
Los vecinos señalan que esta situación persiste cada temporada de lluvias durante más de una década, sin una solución definitiva. Además, el agua estancada emite olores desagradables, atribuibles a aguas residuales, que permanecen hasta tres días después de las lluvias. Una habitante informó: "Ahí se queda el charco tres días después de que llueve y ya desaparece hasta que se va yendo poquito a poquito por el drenaje".
Esta exposición constante a líquidos contaminados genera riesgos sanitarios, ya que los gases de las aguas negras pueden provocar irritaciones respiratorias y problemas gastrointestinales, alertan expertos en salud. Las lluvias también han deteriorado significativamente las calles, aumentando la profundidad de los baches, que con el agua acumulada representan un peligro para conductores y motociclistas. La falta de mantenimiento en el pavimento y en la red pluvial agrava el problema, que se intensifica durante las tormentas.
Los vecinos coinciden en que resolver la situación requiere un trabajo coordinado entre la comunidad y las autoridades. Piden que las autoridades intervengan de inmediato para rehabilitar el drenaje, evaluar los daños y aplicar soluciones técnicas efectivas. Enrique enfatizó: "Solo el gobierno puede saber exactamente qué está mal y arreglarlo. Debe traer a personas que sepan del tema, que lo chequen y trabajen".
Mientras tanto, los habitantes se comprometen a cuidar la infraestructura, reportar desperfectos y evitar arrojar basura en las calles para no obstaculizar las coladeras, ya que esto agrava los encharcamientos y la presencia de aguas negras en la zona.