Los habitantes de San Rafael, Naucalpan, continúan con los trabajos de limpieza y la valoración de daños tras la emergencia del domingo, cuando el Río Verde se desbordó por una lluvia atípica de 50 milímetros y acumulación de basura. Personal del gobierno municipal y vecinos combaten los restos de lodo y aguas negras, que junto a una espuma blanca, afectaron al menos 50 viviendas en la zona.
Los moradores que lograron evacuar el agua residual, que en algunos puntos alcanzó los 50 centímetros, comenzaron a identificar las pérdidas en sus hogares. David, dueño de una papelería afectada, reportó la destrucción de mercancía y equipo, lamentando que sea la segunda temporada consecutiva de inundaciones que daña su patrimonio.
Al menos seis viviendas severamente dañadas y tres familias evacuadas tras un deslave en un inmueble de dos niveles indican la gravedad del incidente. El Organismo de Agua Potable, Alcantarillado y Saneamiento (OAPAS) de Naucalpan realiza evacuaciones preventivas mientras realiza trabajos de contención.
Aunque el nivel de agua no fue tan alto como en años anteriores, la espuma blanca, que emitía un olor desagradable, generó preocupación entre los vecinos. Las autoridades aseguraron que no se detectaron químicos peligrosos y explicaron que la espuma resultó de la combinación de residuos, detergentes y presión del flujo.
El gobierno municipal afirmó que, a pesar de los esfuerzos de mantenimiento, la acumulación de basura en las calles impide un funcionamiento óptimo de los drenajes. Un adulto mayor de la zona expresó la preocupación compartida por los residentes acerca de la persistente problemática y el riesgo constante.
Antes del desbordamiento, la Comisión Nacional del Agua (Conagua) realizó acciones preventivas, limpiando la presa Los Cuartos, donde se retiraron 700 toneladas de basura, además de 90 toneladas más por parte del municipio. Se eliminó un tapón de basura en el desagüe, se desazolvó un conducto de 2.4 metros y se implementaron medidas como bombeo de aguas residuales y colocación de membranas para prevenir deslaves.
Asimismo, se construyó y posteriormente retiró un terraplén de tres mil metros cúbicos como parte de las acciones de emergencia, en un esfuerzo conjunto por reducir riesgos y proteger a la comunidad.