Los residentes de las comunidades de Santiago Miltepec y San Cristóbal Huichochitlán, en Toluca, enfrentan peligros constantes al cruzar el Río Verdiguel, especialmente durante la temporada de lluvias. Utilizan pasos improvisados con tablas de madera, que se suman a la acumulación de basura en el río, representando un riesgo tanto para su integridad física como para su salud.
‘Ya nos acostumbramos a vivir a la orilla del río, pero sí es peligroso. Cuando no lleva mucha agua no hay problema, pero cuando llueve fuerte nos la tenemos que rifar’, comentó un niño de San Cristóbal Huichochitlán.
Durante un recorrido por la ribera, se constató que, pese a las recientes lluvias, el nivel del agua en el Río Verdiguel sigue siendo bajo. Sin embargo, en al menos un kilómetro de trayecto desde la avenida Alfredo del Mazo, se identificaron cuatro pasos improvisados para cruzar el río: dos de concreto y dos de madera.
Don Ernesto, mototaxista del lugar, comentó que aunque el nivel del río no ha subido demasiado, las corrientes pueden elevarse rápidamente en días de fuertes lluvias. ‘Todo el escurrimiento de Toluca viene para acá y se pone feo’, añadió.
Un puente que conecta Santiago Miltepec con San Cristóbal Huichochitlán presenta un deslizamiento de tierra que podría agravarse con las lluvias, poniendo en riesgo su estabilidad. Un vecino advirtió: ‘Ya hubo un deslizamiento; si llueve más, ese puente se puede caer’.
Los caminos de madera, construidos por los propios habitantes, son utilizados diariamente por niños y personas mayores, quienes arriesgan su seguridad al cruzar estructuras inestables y peligrosas, especialmente cuando el agua se eleva.
‘Son como puentes colgantes, no tan largos, pero sí muy peligrosos. Aquí ya se acostumbraron, pero es muy riesgoso cuando sube el agua’, agregó don Ernesto.
Durante la visita, también se detectó que los canales de desagüe conectados al río están obstruidos por basura, lo que limita su capacidad de disminuir los efectos de una crecida. Una vecina comentó: ‘En las noches, cuando llueve, estamos atentos al río, porque puede subir sin avisar y meterse a nuestras casas, poniendo en riesgo a toda la comunidad’.